Evidencia vs intuición

Carlos Núñez (junto con Andoni Carrión) son el vivo ejemplo de la disrupción (su blog es un vivo ejemplo de ello). Ideas atrevidas, innovación en la gestión, aprendizaje basado en los errores y todo ello sin dejar de trabajar muy duro para avanzar y mejorar, como profesionales y como organización. 

Hace pocos días, Carlos nos lanzaba un reto a través de Instagram: gestión basada en la evidencia frente a la gestión basada en la intuición y la experiencia. ¿Son términos contradictorios? ¿O hay algo de relación entre ambos modelos de gestionar organizaciones? 

Siguiendo la evolución del concepto paralelo de la medicina basada en la evidencia, aunque inicialmente se centraba en la existencia de pruebas científicas, el paso del tiempo ha erosionado esta definición tan estricta dando cabida a otros elementos. Uno de ellos, citado en este artículo de Trisha Greenhalgh, es la necesidad de abandonar la evidencia como una simple sucesión de reglas automáticas para decidir y pensar que la evidencia “is characterised by expert judgment rather than mechanical rule following“. Esto es, la intuición y la experiencia ayudan a aplicar la mejor evidencia. Y esto es solo el principio.

El primer elemento a considerar es la propia evidencia. Existe mucha investigación en temas de gestión, pero quizás poco difundida. Los propios gestores leen poca evidencia y quizás eso genere un círculo vicioso perjudicial para una buena gestión: “como hay poca evidencia, no la uso”. No podemos olvidar los resultados de un estudio del pasado año sobre la toma de decisiones por parte de los gerentes, que dejaban muy claro que la evidencia no era el elemento clave y que la experiencia y la intuición eran los principales factores utilizados.

El juicio experto al que se refiere Greengalgh habla de aplicar de forma crítica la evidencia, sin centrarse exclusivamente en ninguno de los dos extremos: ni intuición ni evidencia, sino una mezcla de ambas. ¿Y es posible hacer esto en el campo de la gestión? Pues sí, pero hay que trabajarlo. 

1. Lee, busca, comenta y comparte resultados de investigación sobre gestión sanitaria. Hay muchas fuentes para encontrar evidencia de interés.
2. Apertura de mente. El mundo de la gestión lleva años anquilosado en cuatro conceptos arcaicos y por eso es conveniente abrir la mente a la innovación y a nuevos conceptos. Conocer las mejores prácticas de otros centros sanitarios y de otros gestores es una gran forma de crecer y fomentar el pensamiento crítico. Está claro que las experiencias concretas no son una gran fuente de evidencia pero ayudan a cambiar la forma de pensar.
3. Podríamos decir que existen dos tipos de gestión. Una es más centrada en diseñar proyectos y estrategias, en la que los conocimientos sobre compras, legislación, procesos, liderazgo o calidad son muy útiles. La otra gestión es más emocional, tiene mucho que ver con la puesta en marcha de estas estrategias o cambios y se centra más en las relaciones con personas y equipos, en la parte más humana de la organización (siguiendo las líneas maestras que define el proyecto HUGES). Ambos tipos de gestión son inseparables.
4. Aunque parece que no existen guías basadas en la evidencia aplicadas a la gestión sanitaria, todo es cuestión de abrir los ojos y buscar (o preguntar). Un gran ejemplo es la guía “Developing and Sustaining Nursing Leadership Best Practice Guideline“, que edita la RNAO (Asociación de Enfermeras de Ontario). 
5. Promueve la investigación en el ámbito de la gestión (por eso son tan importantes iniciativas como el proyecto MyRAS). Si algo te sale bien, difúndelo. Las buenas prácticas guardadas en la caja fuerte no ayudan a mejorar el sistema sanitario. 


Como suele ocurrir siempre, los extremos son peligrosos, pero unir la experiencia y la intuición con la evidencia y el aprendizaje basado en las mejores prácticas suele dar buen resultado en el mundo de la gestión. Una de las claves es no olvidar que nunca dejamos de aprender, y por eso es tan positivo refrescar nuestros años de experiencia con nuevas teorías o modelos de trabajo.

Un comentario

  1. Hola Miguel Angel.
    Me atrevo a añadir una pregunta. ¿Se estudia metodología de investigación específica en los cursos y máster de gestión sanitaria? Los estudios de eficiencia necesitan conocimientos específicos sobre cálculo de costes, "precios constantes" etc que no suelen adquirirse en las "carreras base" de los gestores sanitarios (salvo en los que, como tú, provenís de economía). Ni siquiera se entra muy en profundidad en el proceso administrativo común y la contabilidad administrativa.

    Tuve la suerte de conocer tanto el proyecto SIGNO I como el II y comprendí que hay que ser muy pero que muy cautos con los artículos que hablan de costes pues la información sobre los mismos, por sus implicaciones políticas y jurídicas, suele ser poco accesible y así es díficil hacer investigación fiable en eficiencia.

    Por cierto, el documento de la RNAO que citas está traducido al castellano (http://rnao.ca/bpg/translations/desarrollo-y-mantenimiento-del-liderazgo-en-enfermer%C3%AD) y forma parte de la iniciativa de implantación "Centros comprometidos con la excelencia en cuidados" lo más parecido a los centros magnéticos que podamos tener por aquí…

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