Sálvame y los hospitales

Todo vale para salir en Sálvame, y más si se aportan pruebas sobre el affaire Jesulín – Belén Esteban como podemos ver en un reciente reportaje del citado programa:

Suele ser habitual que los medios del corazón se agolpen en las puertas de los hospitales cuando hay famosos y pregunten al primero que se ponga a tiro. Y muchos dicen que no, pero entre los que responden y los que han oído algo y se lo cuentan a otra persona que acaba soltando el chascarrillo a la prensa, el circo está montado.

Pero, ¿no es responsabilidad del profesional salvaguardar la confidencialidad de lo que ocurre dentro de la habitación o del quirófano?  Ah, y de veracidad y ética hablaremos otro día.

7 comentarios

  1. Madre mía, qué pena! Así luego mis amigos dicen que si es que trabajo en el Hospital de los famosos andaluces…

  2. Yo no cuestionaría la ética profesional por las habladurías, dimes o diretes aparecidos en la prensa rosa, sensacionalista, programas del corazón, etc… La verdad es que el circo que montan y del que viven muchos famosillos de pacotilla, y que al parecer divierte a muchos otros (eso sí que me parece penoso), me produce un rash cutáneo quepaquedequé…
    Lo que me realmente me fastidia de estos shows, es que salpiquen, de alguna manera, a los profesionales serios que cunplen correctamente con su trabajo, y a los que "ni les va ni les viene" la vida de esa gentuza…

  3. Evidente ruotura de la confidencialidad e intimidad, aunque sea de gente que vive de eso. La actitud de la enfermera reprobable y podría ser motivo de sanción disciplinaria, y si el paciente quiere, podría ir a la vía judicial.

  4. Estaremos pendientes del día al que habéis aplazado el debate sobre el rigor y la ética porque, como periodista, son temas que me apasionan. Son tiempos inciertos para la información y los que nos dedicamos a este oficio y entre los que no incluyo –lo siento– a los que hacen este tipo de información.
    Resulta curioso que sea noticia algo tan vago como que una persona dice que oyó una conversación. Y resulta curioso que eso interese a alguien. Ni asomo de la veracidad y el interés público que se presupone a la información.
    Y más curioso resulta que profesionales sanitarios, que tienen que mantener una relación de confianza con los pacientes a los que atienden y que, se entiende, han de garantizar la intimidad de éstos y la confidencialidad de sus datos, se excedan, a mi entender, entrando en estos circos. No sé si es que la confidencialidad se limita a los datos clínicos, pero la intimidad de lo que ocurre en una habitación de hospital me parece igual de sagrada. ¿Lo peor? que cada vez se da en mayor medida y ejemplos hay a diario. Siguen siendo anecdóticos, evidentemente, pues la mayoría de las personas que trabajan tiene una actitud impecable, pero darse, se dan.
    En fin, que tiempos inciertos para la información que nos preocupa enormemente a los que trabajamos en ellas. Y a los que nos apasiona esta profesión.
    Gracias por tu reflexión, Miguel. Siempre son enriquecedoras.

  5. Me parece a mi que el respeto a la intimidad no es algo que solo corresponda a los sanitarios, sino a los "periodistas" (o se llaman tertulianos), al camarero del restaurante, al vecino del quinto, etc, etc…

  6. Como dice nuestro grito de guerra:

    Ío, ío, ío,…
    ¡Virgen del Rocío!

    (qué vergüenza)

  7. Comparto la opinión del Dr. Bonis, el respeto a la intimidad corresponde a TODOS,
    Los comentarios de las personas que participan en este tipo de programas tienen importancia por la repercusion mediática, pero no nos olvidemos de las conversaciones en cafetería, pasillos, etc.

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