¿Secretitos en los congresos? El caso de la diabetes





Hay errores que se repiten constantemente, y aún así las grandes empresas y sociedades científicas siguen cayendo en la misma trampa. Un ejemplo reciente procede de Estados Unidos, concretamente del congreso de la American Diabetes Association celebrado en New Orleans del 10 al 14 de junio.


Novo, un conocido laboratorio farmacéutico, decidió presentar en dicho congreso su nuevo tratamiento para la diabetes (Victoza) y el ensayo que lo avala, llamado Leader. Para ello, llenó una sala con muchos expertos para presentar los datos que demuestran la mejora en los pacientes con el nuevo tratamiento. Además, decidió hacerlo antes de publicar oficialmente la nota de prensa y los datos del ensayo, pensando que ninguno de los casi mil asistentes iba a difundir una información que en ese momento era “secreta”.

Si quieres mantener algo en secreto, la solución no es difundirla ante mil personas armadas de móviles, cuentas de twitter, whatsapp, etc. Pero Novo confiaba en el silencio complice de los asistentes, y ocurrió todo lo contrario. Empezaron a publicarse tuits con las diapositivas y el twitter oficial de la asociación intento que los usuarios borraran sus fotos y sus tuits, pero quizás ya era tarde. Uno de los medios de comunicación más conocidos (Bloomberg) publicó la noticia con un titular con un cierto toque irónico: “Can a Bunch of Doctors Keep an $8 Billion Secret? Not on Twitter“. Otros como Bezinga iban en la misma línea advirtiendo que si se quiere mantener un secreto multimillonario, lo mejor es no confiar en Twitter (como curiosidad, en este último medio, el ejemplo que incluyen son los tuits de una conocida tuitera española).

Además, como colofón a la “filtración”, el mercado no valoró el medicamento como Novo esperaba, y castigó a la compañía con una reducción en el precio de sus acciones del 5’6%. Al parecer, los datos en algunos países se separaban bastante de la conclusión final del estudio y eso provocó algunas inquietudes entre los analistas.

Y volvemos a lo de siempre: ¿sirve de algo prohibir la difusión de imágenes obtenidas en un congreso? Si no quieres que tu gráfica de resultados se conozca, no la incluyas en tu presentación o, como alternativa, haz la sesión sin público. Difundir la evidencia es casi una obligación para un profesional sanitario, y más en un entorno 2.0, limitar dicha difusión es un error. Y con casos como este, seguramente más de un laboratorio se lo pensará dos veces.

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