Pedir más para seguir igual


Leemos alarmados que se sigue pidiendo un incremento del porcentaje de gasto público dedicado a la sanidad, tanto para comprar mas tecnología, como para construir más hospitales y centros de salud o para contratar todos los profesionales que, en teoría, faltan.

Sin embargo, tal y como cuenta José Ramón Repullo en la presentación que incluimos al final, estamos en la parte plana de la curva que relaciona gasto sanitario per capita y esperanza de vida. ¿Qué significa esto? Pues que inyectando más dinero en el sistema sanitario, apenas se va a conseguir mejorar la salud de la población: O dicho en términos más técnicos, que los rendimientos son decrecientes.



Entonces, si la salud seguirá igual aunque pongamos mil resonancias o mil médicos más, ¿por qué nos empeñamos en pedir más? Si hacemos las cosas mal, tener más recursos significa que hay más gente haciendo cosas que no mejoran la salud del ciudadano. Tal vez debamos replantearnos que hacemos y como lo hacemos, ya que la solución no pasa por pedir más dinero puesto que no sirve de nada (al menos desde la perspectiva de la salud). Recuerda mucho a ese famoso concepto de “insanity” que se atribuye a Einstein: doing the same thing over and over again and expecting different results.

Aunque claro, igual detrás de las peticiones de incremento de presupuesto, solicitud de tecnología o aumento de recursos, no hay objetivos relacionados con la salud de forma directa y cada voz que se alza tiene su propia agenda de prioridades. Tal vez incluyendo en todas estas peticiones un apartado del tipo “Resultados en salud esperados“, muchas voces callarían.

7 comentarios en “Pedir más para seguir igual”

  1. Estoy de acuerdo con tu tesis. No es únicamente una cuestión de dinero.

    Hace falta creatividad.
    Hacen falta ideas.
    Hace falta profesionalidad.
    Hace falta motivación.
    Hace falta reconocimiento de los que lo hacen bien.
    Hace falta un nuevo paradigma.

    Como profesional asistencial trato de aportar todo lo que puedo, pero se requiere la participación de todos y todas.

    No es una cuestión de calidad total, es una cuestión de supervivencia.

  2. Obviamente no es sólo dinero. Pero quizá si tenga que ver a que pidas que te hagan una prueba y no tarden 6 meses en dártela.
    Quizá no te mueras por ello (depende de lo que tengas). Pero no es tampoco aceptable.

  3. A mi me ha gustado lo que propone Olga (@tekuidamos)

    "yo pediría dinero pero para educación en salud en las escuelas, en los parques, en las calles, no en hospitales"

    La clave es saberse cuidar, en sentido amplio ….

  4. Cartier: para eso que pides, no hace falta dinero, solo organización y querer hacer bien las cosas. A veces nos falla lo más sencillo 🙂

    Juana, yo tambien pienso como Olga: mas educación sanitaria. Pero es tan dificil…

    Salva: al final dos tiran del carro y cien se benefician.

    Gracias a todos 🙂

  5. > ¿Qué significa esto? Pues que inyectando más dinero en el sistema sanitario, apenas se va a conseguir mejorar la salud de la población.

    No, no significa eso. Eso es una simplificación incorrecta de los datos presentados por Repulló.

    No significa eso porque no estamos frente a un único proceso productivo, sino ante múltiples "curvas de rendimiento" superpuestas entre sí. No estamos hablando de una plantación de trigo (típico ejemplo utilizado por los economistas para estudiar la curva de rendimientos decrecientes) sino de complejos sistemas de asistencia sanitaria.

    Por lo tanto la interpretación correcta es: "aumentando los recursos dedicados a los servicios sanitarios distribuidos de la misma forma en la que se ha hecho hasta ahora no vamos a aumentar casi la salud de la población".

    Si comparamos nuestro % de PIB destinado a sanidad con otros paises similares al nuestro (bastante inferior) es razonable concluir que podemos mejorar mucho la salud de determinados segmentos de la población (segmentos vulnerables) si aumentamos los recursos dedicados a los servicios sociosanitarios Y distribuimos los recursos de manera distinta a lo que estamos haciendo hasta ahora.

    Me aventuraría a decir que no es razonable dedicar mucho más dinero al sistema nacional de trasplantes (desde la perspectiva de salud poblacional) pero sí habría que dedicar más recursos a atención sociosanitaria del anciano frágil (que mejoraría no solo la calidad de vida y salud de los ancianos sino de sus cuidadores y entorno).

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