Hace un año fue el turno de la revolución de la cebolla. Y tras algunas capas, llegó el terremoto que provocó que los cimientos de nuestro mundo se movieran. Y se han movido mucho…
Pese a todo lo malo, lo imposible ha sido posible. O mejor dicho, lo improbable hizo su aparición en nuestra vida y nos tocó reinventar la realidad. Ha sido el año de las personas anónimas que lo han dado todo.
A partir de hoy empieza un año para recuperar el tiempo perdido, para aprender de todo lo que hemos vivido y para darnos cuenta que lo improbable no es imposible. Y cuando llega, todo se transforma.