La cara oculta de la luna



Siguiendo el hashtag de las jornadas #gandia20 (enhorabuena Charo) me encontré con una frase de Julio Mayol que me llamó mucho la atención: “En el sistema actual no trabajamos por la salud, trabajamos por y para la enfermedad”.

Primero pensé en la diferencia entre el corto y el largo plazo, y la naturaleza humana que prefiere pájaro en mano a ciento volando. El hospital, más centrado en patología aguda (la enfermedad que dice Julio), busca resolver el problema de inmediato: el corto plazo. De hecho, cuando el paciente necesita cuidados a más largo plazo, se le deriva a otros dispositivos con nombres como media estancia, residencias, etc.

La parte centrada en salud es más costosa (en el tiempo). Cambiar hábitos, mejorar el entorno social, adecuar el hogar, etc. Todos necesitamos ver de inmediato el fruto de nuestro trabajo, por eso la parte más centrada en salud, cuyo resultado se obtiene con el paso de los meses/años, gusta tan poco a los profesionales. Una cosa es prescribir a un paciente que deje de fumar y otra acompañarle y asesorarle en esa travesía (lo mismo en obesidad, alcohol, etc).

La enfermedad llama más la atención. Como decían hace tiempo (no recuerdo quién), nadie conoce el nombre del médico de familia de los futbolistas, pero todos conocen a su cardiólogo o traumatólogo.

Poder conseguir un resultado de forma inmediata es alimento para el alma. Y para el ego. El largo plazo (la salud) cuesta mucho más, no serás portada de ninguna web, pero llegas a muchas personas, para más tiempo.

Todo es necesario pero no podemos olvidar la parte que no brilla, la cara oculta de la luna.

4 comentarios en “La cara oculta de la luna”

  1. Hey! Tú también caes en la trampa semántica. La prevención no es salud. La prevención es lucha contra la enfermedad. Hay que recordar que mientras no cambiemos la definición, la salud no es equivalente a la ausencia de enfermedad.

    1. Eso es. Me parece que la clave de todo está en las palabras que utilizamos para abordar el tema, tal vez por culpa de las palabras que utilizan o cómo se utilizan en los medios de comunicación… parece que generan un marco erróneo de pensamiento e interacción al respecto.
      Y hasta aquí puedo opinar.

  2. La OMS lo aclara: si lo que manejamos es la SALUD, a eso se le llama PROMOCIÓN, COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN para la salud. Cada vez somos más los que optamos por nadar contra la corriente, es decir, dedicar tiempo a que las personas elijan vivir con estilo saludable.

  3. La salud no tiene precio. Es la enfermedad la que mueve dinero y genera grandes beneficios económicos a la farmaceúticas y a las tecnológicas/informáticas aplicadas a la salud. También genera beneficio político por sus vistosos resultados (hospitalarios) en el corto plazo (menos de 4 años siempre) y beneficio al colectivo profesional sanitario. El fomento de la salud ahorra costes, pero no genera beneficios. Y en una economía de libre mercado como la actual la salud es un bien de consumo y de bienestar más allá de una necesidad a cubrir… y prima el beneficio… que brinda la enfermedad. Es una guerra perdida. Y va más allá: estamos INVENTANDO enfermedades para generar más beneficios. Demencial.

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