Google Glass es el ejemplo perfecto de innovación basada en la moda que se difunde de forma viral: un producto en permanente fase beta que apenas se da a conocer, empieza a ocupar portadas en todos los medios, blogs, twitter, etc. Todos se apuntan a lanzar sus primeras ideas, a ser los primeros en usar el producto para “lo que sea”, y ser los “early adopters” que marcarán tendencia. Como nos gusta ser “el primero” en algo… Aunque muchos de aquellos experimentos que ocuparon las portadas, se quedaron justo ahí: en la foto.
Hace unos días se publicaba que Google daba un paso atrás y retiraba las Google Glass de la venta al público, tras una época de desinterés por el producto (que también tiene sus fans). ¿Y qué ocurre con todas las ideas alrededor de este producto? ¿Hemos perdido el tiempo o realmente todo avance cuenta? ¿Seguirá este afán innovador con las nuevas gafas de Microsoft o ya ha pasado su momento?
La eterna duda es saber cuantos se suben al carro innovador por puro marketing o por aprendizaje y mejora… O quizás están tan intimamente unidos que es difícil separar el marketing, el dinero y la mejora. Las Google Glass han marcado una época, pero quizás en los próximos años sean una simple anécdota como Google Buzz o como otros inventos que se quedaron en la galería de innovaciones sin futuro.
Aunque igual llega un día en que todo cambia, como en el caso de los palos de selfie. Y de aquello que todos se reían, ahora es un best seller.