Artículos científicos al peso: algo hay que hacer



Vuelve la época de oposiciones y concursos para acceso a puestos fijos en los servicios de salud. Repasar temas de tu especialidad, recopilar la documentación para la fase de concurso y buscar cualquier papel que acredite aquel curso de hace 12 años… y es que un punto puede implicar que la balanza se incline hacia un lado o hacia otro.


Un apartado habitual en los baremos de la fase de concurso es realización de trabajos científicos. Lo más habitual es puntuar las publicaciones en revistas científicas nacionales e internacionales, sin especificar el tipo de revistas. ¿Es realmente un mérito adicional el hecho de publicar un artículo en una revista internacional o nacional? Pues depende.

La diferencia entre revista nacional e internacional es muy llamativa, y de hecho el artículo en revistas internacionales puntúa el doble que en las nacionales. No importa si la revista de fuera tenga diez lectores o un proceso de revisión endeble, ya que por el mero hecho de ser internacional ya supera a las revistas de aquí, incluso a esas que están entre las de mayor factor de impacto de su especialidad. ¿Es conveniente esa diferencia? ¿No se puede afinar más?

Otro aspecto llamativo (y escandaloso) de esta forma de puntuar es la existencia de las llamadas “predatory journal“. Tal y como cuenta este artículo del blog Nada es Gratis, se trata de “aquellas revistas que, con una pretendida apariencia académica, están dispuestas a publicar cualquier artículo que reciban, independientemente de su calidad, a cambio de una módica suma de dinero“. Es decir, las típicas revistas que te escriben pidiendo originales, e incluso te invitan a formar parte de su comité editorial, y que acaban aceptando artículos como el mítico “Get me off your fucking mailing list” cuya historia aparece en esta entrada. En resumen, revistas que publican cualquier cosa siempre que pagues sus tasas, y en las que las revisiones son inexistentes.

Las revistas sospechosas de utilizar estas prácticas poco científicas aparecen en este listado. Como se puede ver, hay más de 100 publicaciones relacionadas con la salud, la medicina, enfermería o farmacia. Lógicamente, si quiero publicar tres artículos en estas revistas, no hace falta que me esfuerce mucho, y si quiero ir a lo más sencillo (y vergonzoso) incluso puedo acudir a un generador de artículos científicos como este. Lo único es pagar las tasas de publicación y se acabó el problema: escribo cualquier cosa y me lo publican, y ya tengo unos puntos adicionales en el concurso.

¿De qué forma se pueden distinguir las revistas serias de las revistas “todo por la pasta“? Lógicamente, sería interesante que en los concursos-oposiciones para acceso a plazas fijas se diferenciara a las revistas valorando solo las que publiquen originales que han sido revisados adecuadamente, bien por estar indexadas o por tener un factor de impacto mínimo. Algo hay que hacer (y eso que el factor de impacto no nos gusta mucho)… De lo contrario nos encontraremos con casos como el que cuentan aquí de profesores universitarios cuya mayor parte de producción científica es en revistas menores (o en predatory journals), sin que nadie diga nada.

Hace unos días comentamos con nuestro bibliotecario de referencia la necesidad de que las bases de los procedimientos de selección para personal fijo contaran con un criterio más estricto y mas científico para puntuar realmente las publicaciones serias. De lo contrario, un artículo en International Archives of Medicine tendrá el mismo valor que uno en JAMA o en el BMJ

11 comentarios en “Artículos científicos al peso: algo hay que hacer”

  1. Existen unos profesionales dentro de las organizaciones sanitarias (aunque en algunos sitios se les considere prescindibles si llega el caso) que pueden apoyar en estos procesos, a veces aligerando la labor siempre tediosa de compulsa (controlan las bases de producción científica), otras veces avisando de que hay bases de datos que llevan años sin actualizar y por tanto no se deberían tener en cuenta como "indexadoras" en procesos convocados en 2016, explicando que el factor de impacto es un criterio "elitista", por llamarlo algo, y que para la realidad española se puede quedar, cuando menos, corto, y que además no es un valor absoluto sino que según la temática habrá que relativizar, que existen otros índices de calidad además del JCR (SJR, Latindex, etc.)… somos los bibliotecarios/as 😉 Y también podríamos hablar efectivamente de las revistas depredadoras, de la categorización de revista nacional/internacional ¿en la aldea global?, de los almetrics, del Open Access…
    Iniciativas colectivas, como BiblioMadSalud, pueden ser foros de debate adecuados para que esos profesionales de la Documentación emitan documentos con posicionamientos sobre temas concretos, como por ejemplo este. Existe la inquietud, existe la necesidad y (creo) tenemos las ganas… seguiremos informando 😉

  2. Planteo un debate: ¿Un caso clinico en una revista indexada en JCR es de interés?, o tiene que equivaler a un valor 0 en un concurso; una carta científica en una revista de JCR (no un articulo original largo de 6 paginas sino algo más sencillo de 1 página) también valor 0 en un concurso; … O nos estamos pasando a la hora de pedir calidad para sumar en una oposición/traslado. ¿Tiene más valor un curso online que una tesis doctoral? ¿Deben puntuar en una misma categoría? ¿El mismo capítulo en distintas ediciones cuenta para una oposición? ¿Pero si el libro es casos clinicos con comentarios al respecto de que hacer en esas situaciones; como sale la palabra caso clínico ya no sirve? … Esto existe en alguna Comunidad Autónoma…. Citaré a un colega: "Yo el articulo para New England no lo escribo este año que no se si contará lo mismo que si lo hago en una revista regional…"

    1. Y los libros autoeditados? Hay mil dudas… Estuvimos mirando lo que indica la ANECA para evaluar y tampoco ayuda mucho ya que las dudas persisten. Por cierto, la distinción entre curso online y doctorado debería estar clara.

      Por ejemplo, muchos servicios de salud aún no distinguen los master oficiales y los títulos propios, todo va al mismo saco. Teniendo en cuenta que el DEA puntua, ¿debería el master oficial puntuar más que un titulo propio?
      Y como esa, mil dudas más.

  3. Muchos baremos son una sarta de despropósitos, fácil de evitar con la debida asesoría. Como dice Juan, los bibliotecarios nos hemos ofrecido innumerables veces a dar ese apoyo en la parte que nos compete, con escaso éxito hasta el momento. Sería bueno que el Ministerio, por ejemplo, elaborara un baremo correcto que pudiera aplicarse en los diferentes procesos.
    Se evitarían situaciones kafkianas que hemos vivido, como la persecución de la portada de una revista, en plena era digital, el hablar de revistas "homologadas" ??, el no considerar para jefaturas al último autor porque sólo cuentan los 3 primeros, etc.
    Aparte de lo que comentas de la absurda división en nacional/internacional (más de traca cuando hablan de difusión nacional o internacional, en un momento en que la red difunde contenidos sin fronteras) o la caga alusión a revistas indexadas, sin especificar dónde.
    En fin, que aquí estamos para lo que se necesite (mejor trabajo inteligente que sellos de compulsa decimonónicos 😂)

  4. Nadie ha mencionado el contenido. Nemj ha rechazado cosas de gran importancia. Al salir en New England q quiere decir ese hecho. La q elige tiene su política . De broma alguien me mando algo q dice terminar con epigenetic y empezar con meta guaranteed to be grabbed by a journal. . Very sad the whole affair

  5. La medición/evaluación de calidad de la producción científica es compleja. Tendemos a evaluarla con métodos simples como artículos al peso o el cuartil q ocupan en un listado determinado q gestiona una editorial. Cualquier otro tipo de evaluación de la calidad (transferencia REAL, relevancia, coherencia, solidez de una línea, ética, etc) implica tiempo y recursos. Por eso estamos haciendo el tonto.

  6. Hacer análisis cualitativos complejos requiere tiempo y medios (y profesionales con conocimientos sobre esto), pero las administraciones van cada vez más a lo fácil. No sólo en los servicios de salud, la CNEAI del Ministerio de Educación, para los sexenios de investigación de docentes universitarios, ya ni siquiera mira si los artículos son citados. En Biomedicina, sólo valen artículos con factor de impacto en JCR; y no contentos con eso, cada año suben el listón con los cuartiles. Un sistema deficiente e injusto, que parece pensado para denegar todas las solicitudes posibles (y ahorrar más dinero en investigación).

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