Ya hemos hablado muchas veces del problema de las apps relacionadas con la salud y la evidencia que las sustenta, ya que muchas veces se lanzan pensando más en la forma que en el fondo. En el caso que comentamos hoy, ponemos sobre la mesa los videojuegos de ejercicio mental: los míticos brain training.
En noviembre de 2014 se publicó en PLOS una revisión sistemática sobre la efectividad de los videojuegos de entrenamiento mental y el resultado es muy claro: apenas hay mejora en las capacidades cognitivas. Y no solo eso, cuando el entrenamiento se hace en casa sin supervisión, el brain training no es efectivo para combatir el deterioro cognitivo.
Tal y como recoge este artículo publicado en El País, la opinión científica es unánime. De hecho, 69 expertos firmaron una carta (publicada en la web del Stanford Center on Longevity) titulada “A Consensus on the Brain Training Industry from the Scientific Community” en el que ofrecen cinco recomendaciones muy claras:
– Hace falta más investigación. Pero es mejor una hora paseando, leyendo o hablando con otras personas, que practicando con este tipo de juegos mentales.
– El ejercicio físico mejora la salud en general, y también las capacidades cognitivas.
– Ojo con el marketing o los estudios patrocinados o los sesgos…
– No hay ningún estudio que avale que este tipo de juegos cura o previene el alzheimer u otros tipos de demencia.
– Jugar una vez a este tipo de juegos no implica que el envejecimiento se pare por un tiempo. No es una vacuna.
En resumen, que la evidencia de que los juegos de brain training reducen el deterioro cognitivo es mínima. ¿Y cual es la principal conclusión? Pues que los consejos clásicos siguen estando totalmente vigentes: jugar en el parque con los nietos, caminar, dedicarse a cuidar el jardín (o las macetas), leer, hablar con más gente…
Para saber algo más, os recomendamos este amplio artículo de The Guardian y esta entrada del blog Scientific American. Además, el manifiesto de Stanford tiene algunas referencias bibliográficas muy interesantes.