El tamaño importa, y mucho, cuando hablamos de alimentación. Lo habitual es que el consumidor ingiera todo lo que contiene el envase, plato, etc. en el que le sirven una bebida o comida. Y la evidencia es clara: porciones más grandes implica mayor consumo (como cuentan en el artículo “Downsizing: policy options to reduce portion sizes to help tackle obesity“).
El problema es que hay una colisión con la industria alimentaria, ya que porciones más grandes se asocian a mayores ingresos. Y por supuesto el marketing y las estrategias asociadas al envase no juegan precisamente a favor. En esta imagen se puede observar como el tamaño medio de las bebidas azucaradas que se sirven ha ido creciendo con el paso de los años.
Ya hablamos hace unos meses del fin de las napolitanas en los hospitales, o incluso de la prohibición de vender en centros sanitarios bebidas azucaradas. Pero, ¿qué ocurre con el azúcar del café? ¿Nunca te has planteado qué ocurre con el tamaño de los sobres de azúcar? En Portugal ya dieron un paso adelante y se estableció que el tamaño máximo del sobre de azúcar fuera de 5 gramos (antes era de 8 gramos). ¿Qué ocurre en España?
El Plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2017-2020, presentado por la Agencia Española de Consumo en febrero de 2018, tiene como objetivo para 2020 reducir el contenido de los sobres monodosis de azúcar en un 50%. Según sus datos, el contenido medio estimado es de 6 gramos y debe reducirse hasta los 3 gramos.
En España hay sobres de diversos tamaños, aunque se supone que paulatinamente irán desapareciendo los monodosis con un contenido más alto. Hemos encontrado sobres con 4 gramos de azúcar y los hay incluso con 10 gramos, siendo lo habitual 8 gramos. A modo de ejemplo y tras un sencillo estudio de mercado:
En otros países europeos, la media es diferente. Así en Inglaterra lo habitual es encontrar sobres de azúcar de 2’5 o 3 gramos (con el riesgo de que el consumidor utilice dos sobres).
Una buena medida para racionalizar el consumo de los sobres y cumplir con el Plan podría partir de los hospitales y así incluir en los pliegos de las cafeterías el tamaño máximo del sobre monodosis (la mayor parte de los pliegos no regula este aspecto). Además, cuando se adquieren sobres de azúcar para el desayuno de los pacientes, se podría también incluir el tamaño para así evitar que el proveedor suministre sobres de 8/10 gramos.
La ley de contratos y las compras públicas son también una medida de mejora de la alimentación. Así que quizás sea el momento de empezar a pedir en los nuevos pliegos administrativos para contratar servicios de cafetería o alimentación para pacientes que el tamaño máximo para los sobres de azúcar no supere los 5 gramos (o incluso 4 gramos). ¿Alguien se atreve?