Ya tenemos más datos para hablar de telemedicina en España, o al menos para conocer la opinión de profesionales y pacientes. Y todo gracias a la encuesta que ha elaborado el IESE (con la colaboración de Teléfonica) y que acaba de publicar en un informe titulado “Gestión remota de pacientes: un estudio sobre las percepciones de pacientes y profesionales en España“.
El elevado porcentaje de usuarios con teléfonos inteligentes (o smartphones) y la accesibilidad de los medios y recursos para poner en marcha experiencias a pequeña escala, ha transformado radicalmente el mundo de la telemedicina. El uso militar o la atención a marinos en alta mar ha dado paso a la atención a pacientes crónicos y al seguimiento de patologías de alta prevalencia como la diabetes o la hipertensión. Pero seguimos con programas piloto que incluyen a unos pocos centenares de pacientes, ante problemas de incorporación de resultados a la historia clínica o de la inversión necesaria para su crecimiento.
El estudio del IESE se centra en la llamada “gestión remota de pacientes” que definen como: “el uso de un
teléfono móvil o una tableta conectados a la red móvil para permitir a las personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, problemas cardiacos o respiratorios, controlar su estado desde su propia casa y compartir los resultados en tiempo real con su médico“. En definitiva, lo que se conoce como telemonitorización de pacientes.
teléfono móvil o una tableta conectados a la red móvil para permitir a las personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, problemas cardiacos o respiratorios, controlar su estado desde su propia casa y compartir los resultados en tiempo real con su médico“. En definitiva, lo que se conoce como telemonitorización de pacientes.
Nos vamos a quedar con dos aspectos muy concretos, relacionados con la utilidad para paciente y profesional de las estrategias de telemedicina. En el caso de los profesionales, el beneficio potencial esperado se basa en la mejora de los autocuidados y la responsabilidad del paciente y en la comodidad del proceso, centrada en la reducción de las visitas y las aglomeraciones. Además, se cita también la mejora del control de los pacientes problemáticos y la detección temprana de determinados problemas.
En el caso de los pacientes, gana la comodidad como era de esperar. Los desplazamientos innecesarios y el ahorro de tiempo son las dos ventajas principales, seguidas por la mejora en el control de la patología.
Y si todo es tan bonito, ¿qué ocurre? Además de ciertas inconsistencias relacionadas con la evaluación de los proyectos (seguimos evaluando poco), hay 5 ejes que resumen claramente las barreras a la generalización de estos proyectos: conocimientos, tecnología, coste, privacidad e interoperabilidad de los datos. Las posibles medidas para solucionar estas barreras pasan por la formación, la mejora de las habilidades de los profesionales, el diseño de tecnología centrada en la usabilidad, la mejora de los sistemas de cifrado y almacenamiento de datos y el uso de estándares.
Lo del coste ya tiene peor solución… Un proyecto pequeño es asequible, pero pasar de 100 pacientes a varios miles requiere hablar de eficiencia y de los efectos a largo plazo.
¡Un post muy interesante!
En tecnología y habilidades también se incluye algo tan básico y barato como permitir al profesional acceder a internet desde cualquier ordenador del servicio sanitario y comunicarse así con el paciente (dentro y fuera de la consulta; recomendando enlaces, imprimiendo documentos contrastados, usando apoyo gráfico y vídeos en sus explicaciones y valiéndose del correo electrónico). Que aún en el 2013 hay directores de área que están "pilotando" la implantación de internet en las consultas de los centros de salud (donde se ven los asuntos crónicos, por mucho que las gráficas del iese se refieran al hospital y distingan los términos de médico y especialista; tisc- tisc). Es ofensivo que asuman que todo médico hospitalario ha de disponer per sé de acceso a la www y para decidir lo mismo respecto a AP tienen que montar un comité.
sigo sin entender esa diferencia… y si la comentas en voz alta, te miran mal. no lo entiendo 🙁
Mientras en algunos servicios de salud se piense en la telemedicina sólo como una forma de ahorrar interconsultas (de ahí que lo más implantado sean programas de teledermatología), mal vamos.
Confío que estudios como este hagan cambiar la inercia.
Si, aún así, la teledermatología no ahorra casi consultas, solo acelera la atención a pacientes con patología tumoral grave. O eso suele hacerse.