Algunas reflexiones sobre la tan cacareada profesionalización de los directivos:
1. La objetividad en la selección del directivo es mas cuestión de actitud que de procedimiento. Los procedimientos suelen tener siempre un poso de arbitrariedad (incluso los más transparentes), por ello los valores de ser justos y elegir al mejor son la única garantía real. Suena duro pero es así…
2. Si queremos ver fantasmas, es fácil encontrarlos. Gracias a teorías como la de los 6 grados de separación, todo futuro directivo podría estar relacionado directamente con cualquier partido político. Es necesario saber separar estas relaciones de otras relaciones más sospechosas.
3. Por supuesto hay que hablar de la acreditación de los “directivos pata negra”. Algunas sociedades y colectivos parece que se estén poniendo en la línea de salida para erigirse como acreditadores únicos de los nuevos directivos y de su valía. ¿Quien acredita al acreditador?
4. Todos quieren un máster. Si hasta hace 3 años era difícil encontrar más de tres o cuatro programas master sobre gestión sanitaria, ahora la oferta es infinita. Masters de todo tipo, online, presencial, mas prácticos, mas teóricos, con programas buenos y malos. Nadie evalúa estos programas y después se nota, y mucho. ¿Vale cualquier programa de formación? ¿Por qué no establecer unos mínimos?
5. ¿Donde está el recambio? Hace años en Diario Médico se publicó un artículo sobre la regeneración de la función directiva: nuevas caras, nuevos valores, etc. Y sin embargo, apenas se aprecia en el día a día.
6. Las ultimas elecciones no han favorecido precisamente la profesionalización de la gestión. Donde ha habido cambio político, en algunos casos se ha dado un paso atrás colocando a amiguetes, devolviendo favores, nombrando a políticos locales, etc. Y donde todo ha seguido igual, el recambio ha sido mínimo: mismas caras, mismos gestos, mismas inercias. Una oportunidad perdida.
7. Hay un asunto por resolver: la carrera del directivo. ¿Qué hacemos con los directivos que tras 25 años dirigiendo hospitales públicos vuelven a la casilla de salida sin trabajo? Si son funcionarios con plaza pueden volver a su puesto de origen, pero hay otros muchos sin plaza en el sistema que se quedarían en el aire (o en su casa). ¿Aprovechamos su experiencia o pasan al limbo? ¿La experiencia implica siempre sabiduría? Sea como sea, es un problema a tener en cuenta. Pero no debe ser un obstáculo para cambiar directivos cuando sea necesario.
8. Tanta formación y acreditación debe ir acompañada por un desarrollo riguroso del puesto: autonomía de gestión, poder elaborar planes a más de 4 años, estar libre de injerencias políticas en el día a día, etc. Una cosa sin la otra no tiene sentido.
Para qué queremos nuevos si vamos a hacer lo mismo…o les van a exigir hacer lo mismo.
Sin cambiar la actual cultura sanitaria,no vamos a cambiar la cultura directiva…
Y no se cambia, quizás porque no dejan liderar ese cambio…pescadilla, comer, cola.
Lo de abajo tampoco somos capaces de soportar/exigir la profesionalización de nuestros jefes.
Y acabamos dibujando una bonita pinza que hace que no se mueve casi nada…
coincido contigo: la cultura es la clave de todo. Seguimos luchando, verdad?
Miguel
muy acertada esta entrada para aquellos que observamos cada vez el margen más estrecho para una gestión "desinteresada" a nivel personal sino por el bien común. Malos tiempos que la gestión cuando se sustituye por la política y con gestores indolentes
malos tiempos… pero los gestores parece que viven a gusto en este entorno 🙁
Os puedo decir que en términos sanitarios desde por ejemplo el sector dental, ya que yo personalmente me dedico a ello http://www.microdentsystem.com/ intentamos luchar contra esta situación tan precaria. No voy a recomendar mi marca pero simplemente pasaros por la web y veréis como trabajamos.
Siguiendo una tendencia demasiado arraigada en la administración, nuevamente ponemos el énfasis en el “pre” y no en el “post”. Este modo de ver las cosas es el que sustenta pensamientos como:
Una persona tiene un título y ya está capacitado…
Una persona aprueba una oposición y ya ha demostrado su valía…
Un máster tiene un sello y ya es bueno…
Un directivo ha pasado un proceso de selección y ya es profesional…
¿Porque no imitamos de verdad al sector privado, donde lo que importa es el resultado?
Yo te contrato para que consigas estos objetivos y si al cabo del plazo establecido no lo has conseguido, pues… otro nuevo.
Con esta premisa, se acaban los “vendedores de humo”. Cada uno que elija el master que mejor crea que va a prepararle. Un master no es bueno porque esté acreditado, sino porque los alumnos salen satisfechos y preparados. El que sea capaz de ello, adelante y el que no, que cierre, por muchos sellos que tenga.
Y cada hospital que elija el directivo que mejor crea que va a cumplir lo que se espera de él, algo que debería explicitarse con total transparencia y ser público en los hospitales financiados públicamente.
El problema del cese tras 25 años de trabajo, cuando no hay una plaza reservada, no es diferente al que tienen directivos del sector privado en las mismas condiciones.
Saludos!
a cuantos gerentes se les ha cesado por no cumplir resultados? Gregorio, deberías escribir un libro con tus vivencias 🙂
Qué buen post amigo Mañez!
Profesionalizar la gestión? Lejos parece. Discurso hay, voluntades empañadas.
La administración por aqui, la politización por allá, la mediocridad por otro lado y profesionales y talento al albur de destinos decididos por otros.
Y de la irresponsabilidad de profesionales que asumen puestos directivos de gestión sin formación, esperiencia y tambien sin gana y compromiso además de vocación de servicio, más que el incremento salarial o postura?
Y de la irresponsabilidad de quien asigna y designa para puestos de gestión sin tener en cuenta formación, experiencia, aptitud o actitud y / o habilidades?
Quién identifica a los irresponsables?
La desprofesionalización tiene un coste para las organizaciones , para los profesionales, para los pacientes y la involución o deceleración en el progreso y avance de las mismas, también
Y quién cesa a aquellos que no alcanzando resultados persisten ?
Y quién es el responsable y cómo se juzga a los que cesan aún habiendose alcanzado resultados y mejoras?
Hablemos de profesionalización sin caretas. Sin disonancias cognitivas, pero sobretodo con responsabilidad para nuestro sistema sanitario.
Los discursos de sostenibilidad no han de ser para el momento y los foros.
La profesionalización debe estar en el marco de un modelo de Administración Pública diferente, en el primer la profesionalización en todos los niveles. Eso lleva parejo un itinerario formativo y una acreditación.
Coincido en la necesidad de diferenciar nitidamente los discursos en favor de la profesionalización, parece lo mismo, pero no lo es en absoluto