De vez en cuando es necesario cuestionarse algunas de las premisas básicas que sirven de apoyo a los sistemas sanitarios actuales, darles un par de sacudidas y volver a ver lo que queda de ellas. Para ello, nada como conocer dos puntos de vista totalmente opuestos alrededor de un tema concreto.
Para ello, hay iniciativas muy interesantes como Opposing Views de The Medical Journal of Australia. En este cara a cara, han elegido un tema muy llamativo: ¿es mejor gastar el dinero en mejora de la calidad o en servicios sanitarios? Dicho de otra forma, ¿la mejora de la calidad consigue realmente mejoras en salud?
El argumento contra los procesos y unidades de mejora de la calidad lo firma J Alasdair Millar, y se basa principalmente en el coste creciente de estas actividades y en la poca evidencia existente de beneficio clínico. En resumen, mucha inversión para un beneficio mínimo. Por ello, propone desviar parte de ese presupuesto a financiar mejores cuidados de salud. Entre la bibliografía que comenta, destacamos un informe de The Health Foundation (“Does improving quality save money?“) y un artículo publicado en NEJM (“The Unintended Consequences of Measuring Quality on the Quality of Medical Care“).
El argumento a favor de la mejora de la calidad es de William B Runciman, y se basa en que aumentar la intensidad de los cuidados no siempre implica cuidar mejor, y por ello su argumento apoya la idea de invertir en mejoras de la calidad.
¿Existe evidencia respecto de las unidades de mejora de la calidad? ¿O es algo que no necesita evidencia ya que mejorar siempre es útil? Aunque quizás haya que analizar como ponemos en marcha las estrategias de calidad, si son conocidas en la organización y si van más allá de conseguir sellos o certificados. Calidad implica cambiar los procedimientos, y para eso hace falta adaptar comportamientos, cultura, etc. Será cuestión de plantearse hasta donde queremos llegar…
¿Existe evidencia respecto de las unidades de mejora de la calidad? ¿O es algo que no necesita evidencia ya que mejorar siempre es útil? Aunque quizás haya que analizar como ponemos en marcha las estrategias de calidad, si son conocidas en la organización y si van más allá de conseguir sellos o certificados. Calidad implica cambiar los procedimientos, y para eso hace falta adaptar comportamientos, cultura, etc. Será cuestión de plantearse hasta donde queremos llegar…
Para mi opinion personal se debe entender que los objetivos de calidad deben ser establecidos en términos medibles y cuantificables, al objeto de comprobar si se han cumplido, así mismo se establecen plazos para su consecución y poder determinar si son efectivos de acuerdo a punto en el cual queremos llegar brindando efectividad en la aplicacion de los mismos, obviamente teniendo claridad de cada objetivo. Por otra parte es indispensable e importante que la calidad brinde satisfaccion.