Nunca jamás

Hay un concepto en el ámbito de la seguridad del paciente que nos encanta: los “never event“. Se trata de eventos adversos que no deberían ocurrir nunca ya que tiene consecuencias muy graves y además son evitables. Hay muchos ejemplos como una intervención quirúrgica a un paciente equivocado, transfusión de sangre no compatible, etc. ¿Podríamos trasladar este concepto al ámbito de la gestión y el liderazgo?

Esta idea entronca con el concepto de liderazgo tóxico o destructivo ya que existen algunos comportamientos de este tipo de líderes que deberían ser líneas rojas. Vamos a intentar definir los más importantes en esta lista de “never events para gestores“. O dicho de otra forma: “comportamientos que nunca deberían ocurrir” en un entorno profesional por parte de un jefe o líder o directivo.

1. Manipulación. Se trata de jefes que buscan generar conflictos en sus equipos, para ello usa la mentira, los favoritismos y crea entornos de enfrentamiento entre las personas del equipo. O incluso mala conducta como utilizar una presentación o un informe de alguien del equipo como si fuera propio.

2. Acoso e intimidación. Nos referimos a jefes prepotentes, que no toleran que nadie opine de forma diferente y que incluso son capaces de “perseguir” a los disidentes. También incluimos aquí las faltas de respeto, como burlas, críticas crueles, gritos, insultos, etc.

3. Narcisismo. Son jefes que necesitan elogios, que solo tienen tiempo para escucharse (y no para escuchar a los demás). Buscan medallas y odian a los que hacen algo mal, por lo que cuando hay algún problema buscan al culpable antes que la solución. Además, son capaces de mentir para quedar bien ante sus jefes.

4. Microgestión o “micromanagement”. Es un comportamiento directivo centrado en la supervisión excesiva y el control constante. Los jefes que hacen microgestión están pidiendo constantemente información y evitan delegar tareas o decisiones a su equipo. Es el típico jefe que mira por encima del hombro para ver cómo haces tu trabajo, que apenas deja margen de acción, que quieren estar en copia de todos los correos electrónicos. Por supuesto son jefes que no ayudan a que las personas de su equipo crezcan y que esquivan cualquier atisbo de creatividad o innovación.

5. Falta de ética. Un clásico: injusticia en la toma de decisiones, comportamientos fuera de la ley y un etcétera casi infinito.

6. Falta de empatía. Suelen ser jefes que no son sensibles a las circunstancias personales de su equipo.

¿Y por qué consideramos que estos comportamientos en jefes y líderes son líneas rojas que no se deberían cruzar? Entre otras cosas por el impacto negativo que tienen en los profesionales sanitarios y también en los resultados asistenciales. Por ello, evaluar periódicamente a los jefes debería ser obligatorio, porque un mal jefe o un mal líder son perjudiciales para la salud de la población. Una pena que lo de la evaluación siga siendo algo tan alejado de la realidad, en ocasiones porque no se evalúa, pero también porque la evaluación no sirve de nada.

Hemos intentado hacer un resumen, pero para conocer comportamientos que se asocian a líderes tóxicos, os recomendamos revisar las escalas más habituales para medir si un líder es tóxico (o destructivo):
– Toxic Leadership Behaviors of Nurse Managers (ToxBH-NM) Scale. Puedes ver la escala completa en este artículo.
– Toxic Leadership Scale. En esta web incluyen la escala completa.

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