Gracias a twitter, rescatamos un artículo de Sergio Minué en Diario Médico titulado “Frankenstein en la consulta” acerca de la relación médico-paciente y de la conversación como herramienta diagnóstica y terapéutica. Una de las frases que más nos llama la atención es esta: “el tiempo que transcurre desde que el paciente comienza a hablar hasta que es interrumpido es solo de 22 segundos“. Un dato procedente de un estudio realizado en Estados Unidos y Canadá y publicado en JAMA en 1999.
Escuchar al paciente es una de las habilidades clínicas más importante en atención primaria, y de hecho existe el concepto de narrativa curativa para definir las historias que el paciente cuenta y que son la clave de su problema, y generalmente de la solución a este. Sin embargo, con un tiempo medio de consulta en atención primaria tan corto parece difícil cumplir con todas las características de la entrevista perfecta.
Dando la vuelta al punto de partida de este post, ante el dato de 22 segundos como tiempo medio hasta la interrupción, nos deberíamos preguntar: ¿cual es el tiempo medio de expoxisición del paciente si nadie le interrumpe y se utilizan estrategias de escucha activa?
Un breve artículo publicado en 1999 en el BMJ, titulado “Time to let the patient speak“, analizaba este problema con un breve estudio de varias consultas en Londres. El tiempo medio de monólogo del paciente sin interrupción era de… ¡menos de dos minutos!
El estudio fue repetido en un área de consultas externas de medicina interna y se publicó en 2002 en BMJ y los datos fueron parecidos: el 78% de los pacientes finalizó su exposición inicial en menos de dos minutos.
En el campo de la atención primaria en España, la revista Atención Primaria publicó el artículo “Tiempos durante la visita médica en atención primaria” en el que se analizaron 289 encuentros médicos. En este caso, el tiempo medio de exposición del paciente fue de menos de 20 segundos, a los que podemos unir los 50 segundos de interrogación. En total, la distribución de tiempos es la siguiente:
El problema del tiempo es un “clásico” en atención primaria, sin embargo es llamativo comprobar como hay la frecuentación (con poblaciones similares) depende mucho del profesional y del manejo que hace de sus pacientes. ¿Puede cada profesional gestionar su demanda y ajustarla al tiempo de que dispone? ¿Es necesario reducir los cupos sin más? ¿El tiempo necesario depende de cada profesional y del tipo de población que incluye su cupo? Como dice Casajuana en “La renovación de la atención primaria desde la consulta“:
“deberíamos olvidarnos de la actitud fatalista ante la frecuentación y ser conscientes de nuestra posibilidad real para actuar sobre ella. Es cierto que estamos en un entorno que muchas veces utiliza el servicio de salud como un bien de consumo, pero no es menos cierto que tenemos la capacidad para actuar de forma efectiva sobre nuestra demanda“.
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El artículo del BMJ es del 89.
En cualquier caso, buena reflexión, es un tópico de interés.
Un saludo.