A veces la serendipia hace magia… Gracias a un tuit de Patricia Alonso que incluía una recomendación para el podcast Conectando Puntos, hemos llegado a la web Patient Innovation. Resulta que un reciente editorial de la revista British Medical Journal ha tratado el tema de la innovación sanitaria creada por los propios pacientes, y cuenta algunas historias muy interesantes.
Un ejemplo citado en el artículo es PEARS (soporte externo personalizado de la raíz aórtica), un implante inventado por un ingeniero con síndrome de Marfan que decidió buscar una alternativa a una delicada y compleja operación de aorta a la que iba a ser sometido. Su historia también la cuentan en este artículo de El País.
En la web Patient Innovation difunden cada año sus premios a los pacientes que innovan. Algunos proyectos innovadores que han sido premiados son: Handyplat (bandeja para comer por personas a las que se les ha amputado un brazo), las ruedas Morph (ruedas plegables para sillas de ruedas) o el Fasosoap (un jabón que repele los mosquitos para así reducir el contagio de malaria). Muchos de estos inventos nos recuerdan a los pacientes que deciden fabricar sus propias soluciones para sus problemas de salud o para mejorar sus autocuidados como ya comentamos en esta entrada sobre el movimiento maker.
Los problemas de este tipo de innovaciones son muy similares a los de cualquier tipo de innovación: dificultad para encontrar financiación, problemas con los ensayos clínicos que avalen la eficacia y efectividad del producto creado, etc. De hecho en algunas ocasiones son los propios profesionales que atienden a los pacientes innovadores los que colaboran o buscan fondos. Por cierto, la web es una gran herramienta de difusión de innovaciones, así que no olvides visitarla y compartir su URL.
El editorial del BMJ acaba con unos consejos para los profesionales que atienden a este tipo de pacientes. El primer consejo nos parece muy importante: “No asumas que tu profesión tiene el monopolio sobre el conocimiento en salud y la cura para las enfermedades. Abre tu mente“. Dos palabras que quizás resumen estos consejos: escucha activa y compromiso con la innovación. Ah, y lo de la escucha no solo sirve cuando hablamos de pacientes, también puede aplicarse a la innovación, las mejoras y las propuestas que proceden de otras categorías. La organización jerárquica basada en silos no ayuda mucho a esta escucha.
En algunos entornos, como NHS England, existen programas de formación para profesionales sanitarios que desean ser emprendedores. Se trata del Clinical entrepreneur training programme, que ofrece formación, tiempo para trabajar en el propio proyecto, asesoramiento para desarrollo del producto, prácticas en empresas, etc. En España, muchas de estas funciones se llevan a cabo en las unidades de innovación y fundaciones de investigación de las organizaciones sanitarias,