La parte social en salud importa mucho, y ya es algo que casi todo el mundo tiene claro. Sin embargo, parece que el diseño de servicios dirigidos a la población de forma coordinada entre los agentes sanitarios y los sociales es muy muy compleja de poner en marcha. Uno de los primeros elementos para conseguir que la atención sociosanitaria sea una realidad (y no se siga viendo como algo paralelo) es la coordinación de los sistemas de información.
El informe de la Asociación de Economía de la Salud (AES) titulado “Sistema nacional de salud: diagnóstico y propuestas de avance” lo dice muy claramente: “la coordinación de los sistemas de información de los servicios sociales y la atención sanitaria no es una opción de los planificadores públicos, es una necesidad imperiosa“. Pero el camino es largo, tortuoso y quizás demasiado complejo. Otro elemento esencial, que hoy no vamos a comentar, es el importante papel que juega atención primaria. Otro informe que destaca la necesidad de esta medida es el elaborado por la Fundación Economía y Salud llamado “Evolucionando hacia un modelo sociosanitario de salud“.
Existen servicios de salud que cuentan en sus historias clínicas electrónicas con campos específicos para indicar algunas características sociales de cada paciente. No olvidemos que la información sobre vivienda, medios de transporte con los que cuenta, empleo o tipo de familia, son muy importantes de cara a entender de forma global al paciente, o incluso para planificar adecuadamente el alta hospitalaria.
Un reciente artículo publicado por Health Affairs y titulado “Integrating Data On Social Determinants Of Health Into Electronic Health Records” habla precisamente de la importancia de los datos sociales en la historia clínica. El artículo revisa algunos informes sobre el tema y enumera los datos que habitualmente se recomiendan para incluir en la historia. Os dejamos con la tabla que incluye estos datos:
Afortunadamente, en nuestro entorno, hay aplicaciones que incluyen esta información sobre determinantes y que pueden facilitar la coordinación entre los sistemas de información. Además, es importante estructurar y codificar los campos más importantes para que sean interoperables sin ningún problema. Podríamos pensar que, desde esta perspectiva, es fácil de llevar a cabo: aunque si pensamos que en España quedan hospitales, algunos de ellos muy punteros, que todavía no tienen historia electrónica…
En 2015 ya dedicamos un post a hablar del tema, y parece que no ha habido muchos avances. Uno de los artículos recomendados en aquel momento fue este, que ayuda a entender la utilidad de estas estrategias. Además, en estos años se han ido publicando textos que refuerzan la importancia de conocer y manejar adecuadamente los determinantes sociales en el entorno sanitario, como este artículo del Annual Review of Public Health o este de Annals of Family Medicine. Parafraseando a Marmot, “si los principales determinantes de la salud son sociales, así deberán ser los sistemas de información“.
Mientras, en Murcia… no hay manera de meter esos datos en la historia de una manera comprensiva, ordenada y coherente en OMI-AP. Los códigos Z van como quieren. Y peor todavía, ni tan siquiera un tercio de los CS cuentan con trabajador social. En el nuestro compartimos los dos centros de salud a la misma trabajadora social, que evidentemente está desbordada. Pero en otros ni tienen. Y no sabes lo que costó para que le dieran acceso a OMI. La anterior a ella no tenía ni agenda.
Vamos, que en algunos sitios, lo que cuentas no es que sea utopía, nos parece una distopia. 😀
Un saludo
Es curioso este análisis cuando el mismo sistema sanitario no es capaz de integrar la historia social sanitaria de los y las Trabajadoras sociales sanitarias en la historia clínica, incluso en algunos casos se impide el acceso a los profesionales del sector social a la historia clínica por "no ser sanitarios". Los datos ya están, lo importante es integrarlos y empezar con una mirada integral sociosanitaria desde el propio sistema