Gran Bretaña y el coronavirus: sin rumbo

Si lees habitualmente este blog, sabrás que hemos hablado muchas veces del concepto “nudge” y de la economía del comportamiento. Tal y como comentan Abellán y Jiménez, el nudge (traducido como empujón o acicate) es una intervención “que modifica la conducta sin restringir la capacidad de elección de las personas“. Pero pese a ser un viejo conocido, nos ha sorprendido mucho leer que la estrategia británica frente al coronavirus se basa en el comportamiento individual y en la capacidad del gobierno de influir en ese comportamiento mediante esos empujones sutiles.

La estrategia se basa en asignar a cada persona la responsabilidad individual de contener la pandemia. ¿Cómo? Recordando de forma constante que hay que lavarse las manos, toser en el codo y aislarse si alguien tiene síntomas. En resumen, que en vez de obligar a la gente a hacer algo, se recomienda y se les “empuja” a cambiar su forma de actuar. Todo ello en el marco de un aviso general muy alarmante: una previsión del 60% de población contagiada y de un elevado número de muertes. La teoría que hay detrás se llama “inmunidad colectiva” y suena bastante arriesgado: conseguir que se contagie un número elevado de personas, que se acaban convirtiendo en inmunes, y así el virus ya no tendrá gente a la que contagiar.

Sin embargo, los expertos del Imperial College lo han dejado muy claro en este reciente informe: si todo sigue así, es decir, con recomendaciones de comportamiento y sin promover el distanciamiento social, el número de muertos puede ser excesivamente alto (250.000 muertes en Reino Unido). Esta tabla con la famosa curva lo explica muy bien, y sirve para entender el efecto de las medidas.

Parece que este tipo de informes, la opinión de los expertos (ojo con este artículo crítico con la estrategia de UK) y la realidad de otros países, están consiguiendo que el gobierno británico cambie de idea y de estrategia (incluso con cierre de escuelas). Aunque nunca se sabe… ¿Cuál fue la principal barrera que se esgrimió en UK para NO promover estrategias de aislamiento, cierre de colegios o distanciamiento social? Pues algo llamado “fatiga conductual“, es decir, que las medidas que se puedan proponer (como quedarse en casa, no tener relación con grupos, aislamiento si hay síntomas, etc) acaban cansando a la población y se abandonan . Nick Chater lo explica muy bien en esta columna de opinión en The Guardian en la que propone dos posibles escenarios muy metafóricos: el del fuego (rechazo o extinción) y el de la marea (que hace inútil la resistencia, y que es el modelo original de UK).

Un elemento importante a la hora de planificar la respuesta a este tipo de enfermedades es lo que han bautizado “misinfodemia“, que definen en este artículo como “la ayuda a la difusión de una enfermedad facilitada por la información errónea viral“. La lucha contra los bulos, la comunicación, la transparencia, etc. son elementos clave para ayudar a reducir el impacto de una pandemia como la actual. Y cuando fallan, como en UK, no ayudan a conseguir que la población entienda y aplique los mensajes oficiales.

Es muy llamativo que, pese al escenario futuro que describen los expertos y pese a la realidad de otros países, nadie del gobierno de Boris Johnson ha difundido y explicado la evidencia científica que respalda su plan. Aunque quizás su intención sea la de utilizar a todo el país como un laboratorio para comprobar si sus ideas funcionan, y no parece el mejor momento para hacer experimentos.

Nota: este post es una versión beta, así que os invitamos a corregir, modificar, proponer y ampliar su contenido en los comentarios. Gracias

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