Uno de los problemas de gestionar o coordinar los millones de poderes de un hospital es la gestión de los enfados, es decir, como gestionar las rabietas de los diferentes jefes. Las envidias, las presiones, las rabietas, los días malos y las comparaciones acaban moviendo muchas mas montañas que el sentido común, la iniciativa, el trabajo en equipo o la estrategia conjunta.
Da rabia que algunos jefes/as piensen que su estrategia, como servicio o unidad, la del resto de servicios o unidades, y la del hospital, no solo son diferentes, sino que además no tienen nada que ver unas con las otras. Da rabia comprobar que hay gente que rema en dirección contraria, en ocasiones por desmotivación, en ocasiones por llevar la contraria, en ocasiones por envidia y seguro que alguna vez también por beneficios tangibles…
Lo más duro es cuando haces frente a alguna de esas rabietas y la respuesta, pese a dar todos los motivos que puedan existir y a intentar que el jefe/a aporte sus propuestas, es una amenaza.
Y muchos dias, me pregunto… ¿Por qué?
Es difícil coordinar “egos” en acción, cuando el jefe de servicio no se lleva bien con algunos miembros de su propio equipo y terminas en “fuego cruzado”. No es solo difícil, es desesperante.