Los movimientos e iniciativas dirigidos a mejorar la satisfacción del profesional en las organizaciones sanitarias han ido creciendo con el paso de los años. Y si hemos hablado del paso de la triple a la cuarta meta (incluyendo la satisfacción del profesional), es necesario que comentemos los proyectos para conseguir una mayor felicidad (o alegría) en el trabajo.
Aunque se trata de un tema ya conocido (de hecho alguno centros han elaborado proyectos en esa línea), vamos a comentar la guía del Institute for Healthcare Improvement (IHI Framework for Improving Joy in Work) que pretende elaborar un mapa para intentar cambiar y mejorar la cultura de las organizaciones en esa línea. Tal y como comentan en este artículo, centrarse en el burnout no es suficiente, hay que llegar a la felicidad.
La guía del IHI se basa en cuatro pasos:
1. Preguntar a todos los profesionales por todo aquello que les preocupa y les importa. Se trata de un proceso participativo y su objetivo es conocer todo lo que contribuye a una mayor satisfacción del profesional. Esta fase es muy habitual en diversas estrategias de mejora, con ejemplos como el “world cafe“.
1. Preguntar a todos los profesionales por todo aquello que les preocupa y les importa. Se trata de un proceso participativo y su objetivo es conocer todo lo que contribuye a una mayor satisfacción del profesional. Esta fase es muy habitual en diversas estrategias de mejora, con ejemplos como el “world cafe“.
2. Conocer las barreras para conseguir esa felicidad o alegría en el trabajo. Es importante incidir en la necesidad de escuchar a todos los profesionales (o al menos intentarlo).
3. Dejar muy claro a todos los equipos que la felicidad en el trabajo es una responsabilidad compartida. Todos los profesionales, incluyendo a directivos y a mandos intermedios, tienen su responsabilidad, cómo se observa en esta gráfica. Entre los elementos más importantes, encontramos la seguridad psicológica, la autonomía, la gestión participativa y la mejora diaria.
4. Utiliza técnicas de mejora e innovación para poner en marcha el cambio.
Dado que estos cuatro pasos son esenciales, el IHI ha publicado una breve guía práctica para dar algunas pautas sobre estos cuatro pasos. Muchas de las recomendaciones se basan en la forma de escuchar para aprender, evitando los sesgos y promoviendo un entorno de confianza para que los profesionales puedan hablar sin miedo.
¿Y ahora qué? ¿Ponemos en marcha esta guía y todo será felicidad? Por supuesto que no, y menos en organizaciones tan grandes y complejas como las sanitarias. Si bien hay estudios que avalan la estrategia que propone la guía (eso sí, en un centro sanitario de California), es cierto que muchas de las propuestas de la guía son muy similares a las recomendaciones para la mejora del liderazgo (como las que incluye el documento de la RNAO) o a las guías de reducción del burnout.
Ah, y como recomendación final: si la plantilla de una organización está muy castigada (ratios de personal muy bajos, no sustitución de profesionales u otros problemas), quizás si algún directivo iluminado llega de repente con un proyecto de felicidad en el trabajo, la respuesta habitual sea una mala cara. Así que, siguiendo los 4 pasos del IHI, primero escuchar y después actuar empezando por lo más importante y urgente.
Ah, y como recomendación final: si la plantilla de una organización está muy castigada (ratios de personal muy bajos, no sustitución de profesionales u otros problemas), quizás si algún directivo iluminado llega de repente con un proyecto de felicidad en el trabajo, la respuesta habitual sea una mala cara. Así que, siguiendo los 4 pasos del IHI, primero escuchar y después actuar empezando por lo más importante y urgente.