A veces los debates técnicos llegan a la población general, y así un artículo en una revista científica acaba siendo portada de un periódico. Algo parecido pasó con dos artículos publicados por el BMJ en octubre de 2013 que cuestionaban el papel de las estatinas ante problemas cardiovasculares (uno de ellos se titulaba “Saturated fat is not the major issue” y el otro “Should people at low risk of cardiovascular disease take a statin?“. Ambos artículos generaron un amplio debate en forma de respuestas rápidas en el propio BMJ (60 entre ambos artículos).
Poco a poco el debate a favor y en contra se trasladó a los medios, y así The Guardian y Mail Online publicaron noticias y reportajes al respecto, defendiendo el papel de las estatinas y quitando importancia a las conclusiones de los artículos antes citados. ¿Cómo afecta a la población general este tipo de debates?
Tal y como cuentan en el artículo “Impact of statin related media coverage on use of statins: interrupted time series analysis with UK primary care data“, firmado entre otros por el propio Ben Goldacre, el impacto en la población se materializó con un incremento puntual del número de personas que dejaron de tomar estatinas.Sin embargo, no afectó al número de personas que iniciaron un tratamiento con estatinas.
Teniendo en cuenta el impacto de los medios en la población general, sería conveniente que al menos la información que se distribuye sea rigurosa y basada en la evidencia. Un paso más.