Ya ha pasado casi un mes desde el reconocimiento oficial de pandemia por parte de la OMS de este COVID-19. Sin duda, COVID-19 va a significar un antes y un después, con cambios radicales en nuestra sociedad, nuestro modelo sanitario y nuestras costumbres. Y aunque empiezan a aparecer los datos optimistas en relación a los datos de ingresos en UCI y número de contagiados, todavía queda mucho por hacer.
Tanto en redes como en conversaciones de todo tipo ya empiezan a generarse debates sobre el cambio del modelo sanitario y sobre las nuevas herramientas, procesos y estructuras. ¿Permanecerán en el futuro? ¿Se mantendrán los nuevos procesos y formas de trabajar y atender al paciente? La actuación ha sido muy eficiente (más o menos) y, por ahora, con buenos resultados, y eso hay que aplaudirlo. Profesionales, voluntari@s, ciudadan@s, gestores… Tod@s cuentan, tod@s.
El título de esta entrada es “Espacios“, y viene motivado por la necesidad de hablar de territorios asistenciales, de zonas de confort, de espacios y de formas de difuminar las antiguas fronteras. Son cuatro ideas, casi notas tomadas a vuelapluma, así que ya las iremos desarrollando en otras entradas.
Atención primaria. Si bien la actuación hospitalaria en todo el país ha sido bastante homogénea, no ha pasado lo mismo en el ámbito de atención primaria. Cierre de centros, reordenación asistencial, trasvase de profesionales a otros centros, etc. La puesta en marcha de los procesos de seguimiento telefónico e incluso de videoconsulta (a veces con herramientas artesanales) han permitido continuar la actividad con los pacientes que requerían de atención sanitaria pero debían cumplir con el aislamiento en el domicilio.
Para entender un poco mejor que está pasando con atención primaria y ver algo de luz al final del tunel, os recomendamos leer las entradas que está publicando Sergio Minué en su blog El Gerente de Mediado. También es muy interesante esta charla virtual organizada por SESPAS con Joan Carles March, Sergio Minué, Marta García y Rafa Bravo. El Ministerio editó un documento de manejo del paciente en atención primaria que muchos servicios de salud han adaptado a su entorno. También os recomendamos el protocolo que se ha publicado en Coronapedia.
Pero sin duda, el espacio del que todos hablan son las residencias de mayores y centros sociosanitarios. Se ha hablado muchas veces de la necesidad de coordinar la parte social y la sanitaria, y quizás la realidad lo vuelve a poner sobre la mesa como algo muy necesario. Si hablamos tanto de crónicos y de fragilidad, no podemos olvidar los centros residenciales. En pocas semanas se han reorganizado muchos procesos de atención para concentrar recursos en todos los residentes… Quizás el hecho de que esta reorganización se haya hecho de forma apresurada, nos debería invitar a reflexionar sobre esta realidad.
Se ha actuado de forma rápida, demostrando que las organizaciones sanitarias no son tan jerárquicas ni tan jurásicas como se pensaba. Como decía Patricia Alonso en twitter, “la agilidad con la q se han implementado los cambios a todos los niveles (estructuras/procesos…) es digna de estudio en las mejores escuelas de negocios“. Además, se ha podido ver como los ciudadanos (voluntarios, makers, etc) son capaces de organizarse de forma inmediata y colaborar. ¿Y el liderazgo? Quizás el liderazgo colectivo, sin protagonistas concretos, sea la red que aguanta estas piruetas y saltos al vacío.
Ahora la cuestión es saber si la organización es capaz de aprender de todo lo que está pasando e incorporar las mejoras a su día a día.
