Cuando en el bloc de notas se juntan dos apuntes sobre un mismo tema, salta la señal de alarma. Y esta vez ha ocurrido, y el tema es el storytelling o la necesidad de contar y crear historias.
El primer apunte procede de un post de Jesús Martínez Marín, que cita otro blog a raíz de un comentario sobre un libro de Richard Powers. La cita es muy interesante: “Los mejores argumentos del mundo no van a cambiar la mente de una persona. Lo único que puede hacerlo es una buena historia“.
La segunda es muy sorprendente, ya que aparece en el último episodio de la octava temporada de Juego de Tronos. Cuidado porque puede haber spoiler. Se trata de un breve discurso de Tyrion Lannister (no comentamos cuando lo dice ni para qué):
“No he hecho otra cosa más que pensar estas dos semanas en nuestra sangrienta historia, en todos los errores cometidos. ¿Qué une al pueblo? ¿Las huestes? ¿El oro? ¿Las banderas? Las historias. No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia. Nadie puede detenerla. Ningún enemigo puede vencerla“.
Lo dicen muchos expertos, en plena era del big data (aunque ya llevamos décadas conviviendo con datos), debemos ser capaces de transformar los datos en historias. Sin conectar con la gente (profesionales, clientes, pacientes, etc.), nos quedaremos siempre a mitad camino, y para esa conexión las historias y las experiencias son esenciales.
La relación entre storytelling y liderazgo aparece muy bien desarrollada en el artículo “Storytelling, time, and evolution: The role of strategic leadership in complex adaptive systems“. Cómo cuentan los autores, la posibilidad de contar una y otra vez una misma historia, su viralidad dentro de la organización y la posibilidad de crear memes ayudan a ejercer el liderazgo y a integrar dentro de la cultura de la organización a los recién llegados.
A diferencia de los procesos y las reglas capturan parte del conocimiento explícito, pero la parte emocional de la organización, el conocimiento tácito y la cultura solo se pueden transmitir mediante historias. Además es esencial acompañar este proceso de storytelling con la escucha activa.
Una cosita para acabar: esto del storytelling no tiene nada que ver con un líder o un jefe que cuente batallitas, o que se sepa de memoria la historia de tu hospital o tu centro de salud. Hablamos de añadir emociones a los datos, de incorporar experiencias o casos reales a las estrategias, de conectar a través del mensaje. En definitiva, hablamos de recordar que detrás de los procesos, los cuadros de mando y demás, hay personas.
La relación entre storytelling y liderazgo aparece muy bien desarrollada en el artículo “Storytelling, time, and evolution: The role of strategic leadership in complex adaptive systems“. Cómo cuentan los autores, la posibilidad de contar una y otra vez una misma historia, su viralidad dentro de la organización y la posibilidad de crear memes ayudan a ejercer el liderazgo y a integrar dentro de la cultura de la organización a los recién llegados.
A diferencia de los procesos y las reglas capturan parte del conocimiento explícito, pero la parte emocional de la organización, el conocimiento tácito y la cultura solo se pueden transmitir mediante historias. Además es esencial acompañar este proceso de storytelling con la escucha activa.
Una cosita para acabar: esto del storytelling no tiene nada que ver con un líder o un jefe que cuente batallitas, o que se sepa de memoria la historia de tu hospital o tu centro de salud. Hablamos de añadir emociones a los datos, de incorporar experiencias o casos reales a las estrategias, de conectar a través del mensaje. En definitiva, hablamos de recordar que detrás de los procesos, los cuadros de mando y demás, hay personas.