La transparencia ya se ha instalado, casi del todo, en las organizaciones públicas. Existen webs para transparencia, hay direcciones generales para este tema, leyes, etc. Y por supuesto, la sanidad pública es uno de los sectores más beneficiados: se publican datos, evaluaciones y mucha más información. Pero, ¿el ciudadano también se beneficia de la transparencia en el ámbito sanitario?
En un reciente análisis que publica la web The Commonwealth Fund plantean algunos de los problemas que puede generar la transparencia al ciudadano. La primera reflexión es clave e invita a preguntarse qué harán los ciudadanos con la información que se publica en los espacios de transparencia. ¿Es realmente útil?
La información debe ser fácil de entender. Los indicadores clínicos complejos sobre calidad y seguridad del paciente pueden ser muy útiles para un profesional, pero puede que los pacientes se pierdan. Por ejemplo, la tasa de bacteriemia de cateter venoso central asociada a nutrición parenteral es un gran indicador pero tal vez mucha gente no lo entienda o no sepa interpretar un resultado u otro.
Las webs de transparencia deben incorporar toda la información sobre el tema evitando que la información esté fragmentada en mil fuentes. Además, debe ser fácil de comparar y entender. Quizás Estados Unidos no sea un buen ejemplo ya que cuenta con los datos de Medicare, los ranking de Leapfrog, etc.
Si la información está orientada a la toma de decisiones por parte del paciente, debe existir previamente la capacidad de decidir o elegir. Tener información para seguir igual porque uno no puede actuar es frustrante.
El diseño y el uso de la información en el momento adecuado son esenciales. Por ejemplo, las letras de calificación de la higiene de los restaurantes están en la puerta de cada establecimiento, además de en apps, webs y también como descarga de datos abiertos. Como ya dijimos en 2014: “es fundamental reelaborar la información y hacerla más visual, más centrada en la comparación y con explicaciones sencillas que permitan diferenciar un indicador de otro“.
En resumen, la transparencia no es publicar los datos en una web con un formato reutilizable o dejar caer datos muy técnicos sobre actividad hospitalaria. Hay mucho más por hacer…