Hace unos días estuvimos debatiendo sobre trabajo en equipo en el ámbito de las organizaciones sanitarias con un grupo de directivos y mandos intermedios de un hospital. Dos de los elementos clave para el fortalecimiento de los equipos asistenciales que se pusieron sobre la mesa fueron la confianza y el compromiso.
Un estudio del año 2014 muestra 5 elementos que configuran la confianza de los trabajadores en la organización: preocupación por los trabajadores, sinceridad y honestidad, identificación con los valores, veracidad y consistencia del comportamiento directivo, competencia y eficiencia. En dicho estudio, el elemento que mejor predice la confianza es la preocupación por los trabajadores.
Además de los cinco elementos que determinan la confianza, hay dos aspectos que queremos destacar y que son casi transversales a todo lo que hemos comentado: la comunicación y la función directiva. Nunca nos cansamos de decirlo: la comunicación interna es un factor determinante para que el empleado perciba y conozca adecuadamente las acciones de la organización. Además, es esencial conocer otros canales alternativos (radio macuto, sindicatos, etc) y anticiparse a ellos, ya que si el último en informar es el jefe/directivo, puede dar la imagen de lentitud o de ocultar algo.
Respecto a la función directiva, hay algunos estudios que empiezan a asociar el papel del directivo con los resultados asistenciales, pero hay algo más: la influencia de jefes y directivos en el trabajador, el papel del liderazgo, de la forma de dirigir y coordinar, la consistencia de sus actos con los valores, la sinceridad y la transparencia, el coraje y la claridad de ideas. Y por supuesto, la obligación de cuidar a los trabajadores, de preocuparse por su desarrollo, su futuro, su puesto de trabajo y por su salud. Es mucho tal vez, pero no hay otra opción.
Y volviendo al principio: ¿por qué esa desconfianza tan elevada? Quizás sea debido a muchas causas, pero la inercia organizativa por la que se han asumido muchos problemas y errores del pasado y se han transformado en características sin buscar soluciones (como diría Javier Padilla), la presión de todos los grupos de interés y de poder que pululan alrededor de las organizaciones sanitarias buscando su trozo de pastel mientras siembran cizaña (como diría Asterix) y la desigual configuración de los puestos directivos y de jefatura (algunos muy buenos, otros muy malos) han contribuido enormemente a que hoy por hoy la confianza sea un bien escaso. Será cuestión de recuperar ese concepto de hospital magnético que tanto gusta y tan poco se practica en estas tierras…