Hay artículos que cuando los encuentras aparece de repente una sonrisa en tu cara, y este de JAMA es uno de esos: “As Walking Movement Grows, Neighborhood Walkability Gains Attention“. La conclusión es muy sencilla: caminar es bueno para la salud, y de hecho, si vives en un barrio con parques y una elevada “walkability” (podríamos traducirlo por transitabilidad) seguramente tengas una mejor salud, al menos en términos de obesidad.
El artículo habla de profesionales sanitarios que caminan con sus pacientes, de la dificultad de conseguir inculcar ese hábito a la sociedad y de lo positivo que es algo tan sencillo como dedicar 1 hora al día a pasear. Pero el artículo va más lejos: ¿se dan cuenta las autoridades de la importancia de diseñar las ciudades para hacerlas más saludables? ¿Podemos generar salud con el diseño urbano?
Una web interesante sobre este tema es Design for Walkability, que ofrece algunos consejos y casos de éxito sobre el tema. Por ejemplo, ofrece los siete principios sobre la transitabilidad (ellos los han cogido de este informe, en el que aparece con dibujos y fotografías):
1. Crea redes de circulación pedestre (muchas calles conectadas en vez de grandes avenidas).
2. Orienta los edificios hacia la calle y hacia los espacios abiertos para así definir las zonas para peatones.
3. Organiza los usos de los espacios.
4. Sitúa los aparcamientos detrás o debajo de los edificios. Las grandes zonas de aparcamiento abierto no son atractivas.
5. Juega con los volúmenes de los edificios: tamaños, fachadas, iluminación, etc.
6. Crea espacios para peatones para que el centro de la calle no sea el asfalto: paseos, plazas, parques.
7. Crea calles completas con zonas para todos, desde vehículos a bicicletas y peatones.
Acabamos con una charla TED para saber algo más (de una forma muy didáctica) sobre este concepto y su efecto en la salud: