El paciente es el centro del sistema, cuidados centrados en el paciente, humanización de la asistencia sanitaria… Diferentes formas de bautizar algo muy parecido: un cambio en el modelo. Y todo porque durante años, si bien la asistencia sanitaria era de buena calidad, la relación entre el profesional y el paciente era muy jerárquica y muy paternalista. Lo cuenta muy bien Michael Millenson en este artículo breve del BMJ: los cuidados centrados en el paciente son una reforma, pero hace falta una revolución. La clave para entender esta afirmación la tiene el novelista inglés Edward Bulwer-Lytton que decía: “una reforma busca corregir errores, una revolución es una transferencia de poder“.
En el famoso informe del año 2001 del Institute of Medicine (IOM) “Crossing the quality chasm: a new health system for the 21st century” se definía el cuidado centrado en el paciente como el cuidado que busca “proporcionar atención que responda a las preferencias, necesidades y valores individuales del paciente y que garantice que los valores del paciente guíen todas las decisiones clínicas“. Sin embargo, esto no es suficiente como dicen varios autores.
Por un lado, JK Aronson lanza el concepto de salud colaborativa añadiendo a la definición clásica de cuidado centrado en el paciente que no se comprometan las preferencias, valores y necesidades de otros pacientes. De esta forma se pueden evitar las tensiones cuando se trata a un paciente en su entorno familiar o social o cuando un tratamiento caro a un paciente impide ofrecer tratamientos más baratos a otros pacientes. En el artículo, Aronson ilustra el concepto con algunos ejemplos.
Pero volvemos a Michael Millenson que utiliza el mismo concepto (salud colaborativa) para dar un nuevo salto en todo lo referido a la atención centrada en el paciente. Para ello, propone un modelo basado en la colaboración y en la transferencia real de poder al paciente que denomina “salud colaborativa“. Su modelo se basa en tres principios:
- Información compartida. Historia clínica, notas médicas, etc. El objetivo es reducir la asimetría en la información y así conseguir que el paciente pueda ver, comentar o revisar todos sus datos de salud.
- Compromiso compartido. Pretende crear un entorno para el intercambio activo de ideas y opiniones entre los profesionales y los pacientes y así facilitar la participación del paciente en la toma de decisiones.
- Responsabilidad compartida. Compartir el poder y tomar decisiones de forma colaborativa es muy difícil. La presencia de otros agentes con influencia en la salud obliga a reconocer su presencia y su actividad y establecer marcos de confianza para que el paciente nunca salga perjudicado y así pasar de la autoridad médica a la confianza mutua.
¿Es este modelo la solución? Más allá del nombre (que es lo de menos), la salud colaborativa presenta algo muy importante al hablar de transferencia de poder, de profesionales que van a tener (paulatinamente) menos “poder”. La digitalización creciente de la vida es uno de los elementos clave para este cambio, pero no el único. Es necesario aceptar que el sistema y los profesionales tendrán un papel menos central, pero seguirán siendo esenciales. Aunque claro, para este cambio. el paciente debe querer, y el sistema también.
Nota final: para saber más sobre los cuidados centrados en el paciente, os recomendamos esta entrada del blog Regimen Sanitatis sobre los componentes de la humanización. Entre la bibliografía citada en la entrada, queremos destacar el informe “Helping measure person-centred care“.
Nota final: para saber más sobre los cuidados centrados en el paciente, os recomendamos esta entrada del blog Regimen Sanitatis sobre los componentes de la humanización. Entre la bibliografía citada en la entrada, queremos destacar el informe “Helping measure person-centred care“.