Hace un tiempo que escuchamos por primera vez (el culpable fue Javi Padilla) hablar del marketing de atención primaria. En resumen, que quizás deberíamos haber vendido mejor el concepto “atención primaria” para que actualmente se tuviera más en cuenta. Algunos detalles como la marca, el mensaje, el precio (entendido como los problemas de accesibilidad) o incluso la segmentación, han pasado desapercibidos para los políticos y dirigentes.
¿Y por qué hablar de segmentación? Los servicios sanitarios deben adaptarse al público y salvo la población anciana, la infantil y en ocasiones las mujeres, no ha habido una adaptación al perfil de pacientes que tiene la atención primaria. De hecho, aunque las enfermedades crónicas se presentan en cualquier edad, los procesos parecen diseñados para personas de más de 75 años. Un grupo con el que se ha conectado poco es el de la población joven (la OMS dice que la población joven tiene entre 15 y 24 años), es decir, cuando llega el fin de la edad pediátrica. En 2007, un grupo de investigadores del King’s College planteó en The Lancet la necesidad de crear una atención primaria amigable con los adolescentes, aunque fue la OMS en 2002 quien lanzó el concepto de sistema sanitario amigable con los jóvenes.
En España el concepto está encima de la mesa, pero quizás haya otros problemas aparentemente más importantes. Gaceta Sanitaria publica un editorial con el título “¿Es posible una atención primaria «amigable para las/los jóvenes» en España?” que propone una serie de medidas para transformar los servicios de atención primaria y adaptarlos a la población joven (la OMS tiene una guía al respecto que puede servir de ayuda para dicha transformación).
Algunos de los aspectos a transformar que señala el editorial:
– “No se percibe la atención primaria como un espacio para responder las necesidades de salud de la juventud“
– “Escasa priorización de las necesidades de salud de la gente joven“.
– “La participación de jóvenes en temas de salud y sanitarios está poco desarrollada“.
-“No hay tradición de trabajo coordinado con organizaciones juveniles o instituciones de juventud.“
– “La atención adecuada a adolescentes y jóvenes requiere un enfoque centrado en la persona, que no siempre se implementa en atención primaria”.
Como dirían en el mundo de la empresa (y que nadie se rasgue las vestiduras), hay que adaptarse a las necesidades del ciudadano. Pero el enfoque no es crear nuevos modelos asistenciales, ni preparar un modelo tipo crónicos para jóvenes, ni nada parecido. Seguramente aparecerán sociedades científicas que se pedirán este cromo y lo abanderarán para quedarse con su tesoro, pero sería un error para el sistema sanitario. La clave está en el enfoque centrado en la persona, y la actual estructura de un centro de salud es suficiente para atender adecuadamente a la población joven. Quizás solo hagan falta un par de cambios.
Y para acabar, un ejemplo de transformación centrada en la adaptación a otros canales de comunicación. El caso de la iniciativa “aSEXora” es muy llamativo ya que une una función clásica del sistema sanitario, el asesoramiento e información personalizada, con un canal de comunicación novedoso, como es el whatsapp. Así sí…
Miguel Ángel, gracias por este post. Desde luego es cierto que se segmenta poco según necesidades. No solo de edad, sino que sin duda hay una fuerte interrelación entre salud y contexto social (lo que antes se llamaba "clase"). Creo que los MAP lo saben bien y quien ha estado en un centro de salud de un barrio con exclusión sabe segmentar y conoce cómo la pobreza y el nivel cultural condicionan la alimentación, los hábitos de salud y la higiene.