La calidad asistencial depende de mil y un parámetros… Todo cuenta, desde la excelencia técnica (buenos profesionales, coordinación, uso de la evidencia para elegir los mejores tratamientos, etc), hasta el trato de los profesionales, pasando por la limpieza o la comida que se sirve. Incluso el diseño del edificio, los situación de los pasillos, la ubicación y orientación de habitaciones y controles o incluso el uso de un material u otro para las superficies, pueden aportar su granito de arena a la salud del paciente.
The New York Times publicaba hace unos días un artículo titulado “Bad hospital design is making us sicker” en el que plantea algunas de las características de diseño de hospitales que pueden contribuir a una mejor calidad asistencial. Vamos a comentar algunas de ellas.
En primer lugar, el artículo cita la importancia de las habitaciones individuales para reducir las infecciones. Hay varios estudios que avalan esta propuesta, tanto en plantas de hospitalización como en unidades de cuidados intensivos.
Respecto al ruido, y recordando lo que ya comentamos en la campaña #sanidadsinruido, hay muchas medidas para reducir el ruido en los hospitales que dependen del diseño de los edificios y de la tecnología que se utiliza. Desde la reducción de las alarmas acústicas, al uso de paneles que absorben los ruidos o la ubicación de las zonas más ruidosas en entornos alejados de las zonas de cuidados. Si queréis saber algo más, os recomendamos la web de la iniciativa Sueñon.
Y llegó el momento de hablar de una medida clásica: las habitaciones con vistas. Ulrich lo publicó en 1984 en la revista Science: tener una habitación con vistas mejora la recuperación postquirúrgica. Poder ver la naturaleza a través de una ventana se asoció a menores estancias y a menor uso de medicación para el dolor. Incluso hay estudios que asocian ciertas ventajas a ver murales con imágenes de naturaleza, frente a no ver nada o ver muros de ladrillo o paredes o patios interiores.
Alvar Aalto ya utilizó en 1933 algunas de estas ideas para la construcción del mítico Sanatorio de Paimio (Finlandia). Posteriormente, la construcción de sanatorios antituberculosos perseguía precisamente esa conexión con la naturaleza: vistas, paseos y aire puro (por eso la ubicación en plena zona de bosque). El problema del diseño arquitectónico es que es la fase inicial de un hospital y en ocasiones no se tiene en cuenta la importancia para la salud de cada ventana, cada pasillo y la propia orientación de las habitaciones. ¿Salud en todos los edificios? Quizás haya que plantearlo…
Hola Miguel; desde luego el diseño de los hospitales que "sufrimos" historicamente dista mucho de responder a las necesidades de confort, operatividad y seguridad (del paciente y de los profesionales)… ya no te digo nada tras 20 o 30 años de "adaptaciones" y falta de mantenimiento… Gracias por acordarte de Sueñ_On.
Un saludo.
me parese genial este blog
Los (afortunadamente) pocos hospitales que he visitado tienen en este sentido una cosa en común: todo el edificio parece diseñado para las necesidades de lxs trabajadorxs. Un hospital también acoge pacientes y familiares que sienten miedo, dolor, soledad, vergüenza… se aburren o pasan las noches en blanco… Pero en su diseño nada hay que nos diga que el/la arquitectx o el/la cliente se acordara de esos "pequeños detalles"
No opino igual. El diseño de los espacios que crean en los hospitales, no están pensados para los trabajadores. Tampoco para los pacientes y menos para acompañantes. Los diseñan personas que les queda muy lejano el haber trabajado en un hospital y menos al servicio y cuidado de pacientes. Es una pena que los profesionales no puedan o no les dejen implicarse en el diseño del espacio dedicado al cuidado de la salud de los pacientes. Por la experiencia que tengo en trabajar en varios hospitales, los profesionales tanto sanitarios como no sanitarios tienen deficit de recursos materiales y recursos humanos, esto conlleva que el personal busque maneras de organización independientes para poder realizar su trabajo lo mejor posible.