No es tan habitual como antes, pero el amor al cargo sigue estando de moda. Tanto presidentes de colegios profesionales que ni hacen ni dejan hacer, como directivos sanitarios que lo hagan como lo hagan, siguen al pie del cañón (aplicable igualmente a responsables, jefes de servicio, coordinadores, políticos, etc). ¿El poder atrae? ¿El poder es cómodo?
El principio de Peter sigue siendo totalmente vigente en algunos casos: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia“. Hay un principio derivado más conocido como Principio de Dilbert, que señala que “las compañías tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la cantidad de daño que son capaces de provocar“. Y así van las cosas: el que no vale, p’arriba. Menos mal que estos ejemplos empiezan a ser excepcionales…
El Gerente de mi hospital lleva años nombrado, bajo mínimos, "esperando a jubilarse" …. que digo yo que en un hospital grande habría que poner a alguien con más "ganas" … en fin, la responsabilidad individual, esa de la que tanto carecemos.
Por la parte que me toca, en los colegios, suele haber pocos cambios por un gran desinterés de muchos colegiados. Los cargos de gerente de hospital, ¿ hay que cambiarlos? Si lo hacen bien. Si no lo hacen bien, el cambio es justificado. Hay endogamia, hay gente pegada con loctite al cargo, pero no creo que todos. Un saludo
Si, pero muchos servicios de salud se resisten a cesar al que lo hace mal y quitarlo. Siempre hay puestos para los que no valen (coordinadores de programa, directores de organismos que no tienen funciones asignadas, etc).
En los colegios hay desinterés de los colegiados pero algunos presidentes se pegan con loctite, como bien dices. El ejemplo que cito es muy claro.
Lo del loctite es común. Nosotros cambiamos los estatutos y tenemos un máximo de dos periodos. Que sé de alguno que lleva desde los años 70 del siglo pasado 😉
Un buen gestor de sanidad, debería poder ser evaluado y si no funciona cesado. Pero luego interviene la politica y mejor hablamos del tiempo
El poder atrae. Pero ya no hay tanto poder. Y sé de muchos a los que les entra un 'tembleque de piernas' si se tienen que poner a ver pacientes. Y lo peor es que puede ocurrir. Malo para el apoltronado, y malo para los pacientes…
"las compañías tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la cantidad de daño que son capaces de provocar". Y así van las cosas: el que no vale, p'arriba.
Ahora entiendo porque no me ascienden a mí, jajaja…