Se echa en cara de los jefes, directivos y políticos que no salen del despacho, que no participan en las conversaciones que hay en sus organizaciones, que no saben que se cuece en el día a día. Y realmente tomar decisiones con pocos datos, acaba siendo muy negativo.
Un elemento fundamental en la carrera del directivo y de los jefes es mejorar la comunicación con su entorno y generar mayor confianza para así facilitar las conversaciones. No obstante, en muchas ocasiones la gente en el trabajo se reserva ciertos datos o conversaciones (sobre todo si se refieren a costumbres internas “perversas” como acuerdos para salir antes o llegar después y cosas así), lo que unido al tradicional aislamiento directivo (esos despachos cerrados), se genera el llamado síndrome de la soledad del directivo, lo que implica que si un jefe/directivo llega a una mesa a tomar café o a una reunión informal se cambian los temas que se estaban tratando. Es la famosa dualidad (casi imposible) entre ser amigo y/o jefe, ¿crees que es posible?
Pero, ¿y la conversación en internet? ¿pueden las redes sociales complementar los canales de comunicación informales en las grandes organizaciones? Todo es cuestión de confianza, de transparencia y de cercanía, y de lanzarse sin red.
¿Cual podría ser el pack básico de introducción a la web 2.0 para un directivo?
1. Leer blogs y webs interesantes usando un lector de feeds como Google Reader. Además de blogs profesionales específicos, en el campo de la gestión destacamos El Gerente de Mediado, Sobrevivirrhhé, El Cuaderno de Bitácora de Fran Sánchez y Salud y Gestión.
2. Twitter como herramienta de comunicación y difusión de información. En este vídeo se muestra como funciona twitter y de que forma podemos empezar a dar nuestros primeros pasos. Nuestra cuenta es @manyez.
3. Amplía información en wikis (como wikisanidad) o redes profesionales (como Linkedin, que cuenta con un grupo de Gestión Sanitaria con más de 1000 miembros).
Como se decía en el Manifiesto Cluetrain, “los mercados son conversaciones“. Y (añadimos nosotros) las organizaciones también…
no sé, si yo supiera q mi jefe me sigue en twitter, cerraría esa cuenta y m abriría otra de incógnito. En el trabajo el jefe NUNCA es amigo, y puede usar lo q digas en tu contra, no así a la inversa, y además puede guardar registro. Si se elige el camino de mandar hay q ser capaz d soportar el aislamientod muchos otros. Y si no, no lo seas.
Pues yo no estoy de acuerdo con ispasar, mi jefe me sigue en twitter y yo a él, sabe lo q digo y no le molesta. Si somos capaces de llegar a ese punto las relaciones jerárquicas pueden cambiar, de nosotros depende. Y si eres transparente y no tienes nada que ocultar, cual es el problema? A qué tenemos miedo? No sólo los mercados y las organizaciones se basan en la conversación, también las relaciones humanas.
Es gracioso que una empresa cree su perfil en las redes sociales para obtener una opinión de su público/mercado y la tenga en consideración para mejorar, y si la escucha de sus empleados sea para utilizarlo en su contra. Mal vamos así con esa actitud.
Como se nota que eres jefe, no escuchas a tus subalternos y no usas datos actualizados… el grupo de Gestión Sanitaria ya supera los 1.500
Ahora en serio. No puedo entender como los jefes (algunos) se aislan en su despacho y no son capaces de salir. Confian en sus mandos intermedios (lo cual es normal) y toda la información les llega filtrados por estos y esto supone que lo que depende de ellos y es bueno lo van a maximizar y al contrario lo cual es muy peligroso. Yo he tenido de los dos tipos y prefiero claramente a los que se enteran de primera mano, sobre el terreno.
Por otro lado yo no tengo problema en comentarle a mi jefe lo que pienso, y muchas veces no estoy de acuerdo, pero entiendo que te tienen que proporcionar la capacidad de hablar de tu a tu con ellos, sino siempre llevas las de perder.
No me importaria que alguno de mis jefes me siguieran en twitter, y de hecho sigo alguno de los "superjefes", los cercanos no son muy 2.0 que yo sepa. Eso no va a hacer que me corte a la hora de comentar cosas que yo crea que estan mal (y no olvidaré tampoco que al fin y al cabo no es mas que mi opinión).
Por ultimo, yo he tenido jefes directos y amigos a la vez, solamente se trata de que ambos sepamos en cada momento en que papel estamos y no mezclemos conceptos.
Yo siempre me he considerado un directivo de pasillo… no suelo estar en mi despacho. Me gustan más las reuniones en los servicios, así veo las cosas "in situ".
Mi gerente me dice que los jefes de servicio me ven más como a un técnico que como a un directivo, cosa que para mi es un halago, la verdad.
Quizás es porque llevo poco tiempo o quizás es por mi forma de ser, pero creo que tengo bastantes amigos en el hospital, con los que hablo en confianza y ellos a mi… sé aceptar críticas (porque nunca son personales… hay que saber separar las críticas institucionales) y suelo responder con transparencia total, poniendo de manifiesto mis incapacidades (que son muchas, ya que un subdirector no tienen tanta capacidad de maniobra como se pueda pensar).
Es cierto que, aún así, noto cierta soledad del directivo en algunas ocasiones… aunque, a veces, puede ser una soledad autoimpuesta (de forma inconsciente)… alguna vez mi mujer me lo ha hecho ver así y ella siempre tiene razón 😉
De todos modos, las cosas están cambiando… y en el buen sentido, bajo mi punto de vista.
Muchas gracias por tu entrada, Miguel.
Un abrazo.
Uno de mis grandes dilemas para cambiar de trabajo era la relación personal que tenía con el que iba a ser mi nuevo jefe.
Creo que hablando se entiende la gente y que si no se pierde el diálogo un jefe dejará de "mandar" para asesorar, aconsejar, dejarse asesorara y dejarse aconsejar.
Pues a mi jefe llevo tiempo diciéndole que se abra una cuenta en Twitter, lo mismo se convierte en un parlanchín jeje le suelo mandar los links de donde voy y si sale algo de lo que le pueda interesar, pero se que mi jefe es un tipo majo.
Lo del "aislamiento" tiene mucho de "forma de ser" …. y también hay que respetarlo, cada uno es como es ….
Por lo que veo son muchos los que piensan como yo. Cuando me levanté ayer y leí la entrada con el comentario de ispasar, pensé: tengo que comentarlo sí o sí, porque, aunque lo respeto, no estoy para nada de acuerdo con lo que dice.
En mi trabajo, al menos que yo sepa, nadie tiene Twitter, pero os aseguro que si lo tuviera mi jefe le seguiría.
Como dice Olga, no tengo nada que ocultar así que no veo problema alguno en seguirle y que me siga. De hecho mi Twitter es abierto y, si mi jefe quisiera saber lo que pongo o dejo de poner, podría verlo (eso del "candado" es algo que no acabo de entender, admito que lo he llegado a probar pero al no verle el sentido, lo quité)
También es cierto lo que dice Juana de que el "aislamiento" tiene mucho que ver con la forma de ser de cada uno y hay que respetarlo.
Pero hay jefes y jefes. Tener la misma relación con un jefe que con un compañero es díficil pero no imposible, porque muchos jefes se involucran mucho y son como compañeros. Personalmente, gracias a los que he tenido y tengo a día de hoy, estoy ilusionada con mi trabajo, con muchísimas ganas de aprender. Para mí tener una buena relación y confianza con mi jefe es fundamental. Saber que si en algún momento tengo un problema podré decírselo sin miedo al qué dirá es importantísimo y me alivia poder trabajar así. Para mí es algo básico.
Ser jefe es difícil y yo creo que sería incapaz de serlo. Nunca llueve a gusto de todos y ellos están ahí para intentar llegar a lo que es lo mejor, aunque no guste a todos… Pero si se involucran y esfuerzan por hacerlo bien, aunque esa decisión no sea la que más nos gusta e, incluso, nos perjudique, no sé, creo que hay que intentar entenderlo. De momento sé que he tenido suerte pero no sé, alguna vez también me he llevado alguna desilusión pero cuando hago el cómputo, este acaba siendo positivo.
En fin, sólo puedo decir que ojalá todos los jefes fueran como tú.
Un abrazo enoooooooooorme Miguel!!!!
PD: Se me borró el anterior, :(, pero como buena Tauro, aquí lo tienes! 😉
Mi hospital es "pequeñito" (500 camas) y creo que los "jefes" saben lo que pasa. Aunque no todo. La política de "puertas abiertas" acaba en cerrarlas y tardar una semana en ver a alguno.
Yo les animo a abrir cuentas y a leer blogs, pero de momento me ven como un bicho raro al que oyen pitidos en el movil y mirarlo con frecuencia. Incluso saben que escribo y participo pero lo ven como… exótico.
Ayer he animado a una Directora a que se haga una web interactiva. A abrir cuenta de Twitter. Gota a gota, paso a paso.
Ahora en Madrid, con la libre eleccion y la competencia entre hospitales, descubriran necesariamente que hay que atraer a los pacientes!
muy bueno.