Empezar el año hablando de política quizás no sea una buena idea, pero a veces los acontecimientos nos obligan a ello. Existen diversos temas delicados en el ámbito de la salud, cuyo análisis riguroso requiere mucho más de un tuit o una frase pensada para protagonizar el telediario. Sin embargo, quizás ese análisis implique decir “sí, pero con matices” o directamente opinar que “es muy complejo tener una opinión clara sobre este tema“. Y claro, para acabar siendo acusado de poco cercano al pueblo, mucho mejor seguir la corriente mayoritaria.
Dos ejemplos son muy recientes: la hepatitis C y los problemas navideños en los centros de salud. La realidad es muy compleja y los políticos (y los medios, que no olvidemos que en muchos casos son parte del circo político sin más), se han situado junto a la opinión más sencilla, la que no necesita explicación.
En el caso de la hepatitis C y los nuevos (y muy caros) medicamentos, Javier Padilla en su blog Médico Crítico ha explicado muy bien el problema en su entrada “Hepatitis C: del lado del paciente con visión de población“. Las asociaciones de pacientes han entendido mejor que nunca su papel de lobby pero el Estado debería hacer el mismo caso a las asociaciones que representan a 30.000 pacientes que a las que representan a 300. Javier lo expresa mucho mejor: “En el ámbito de lo político las relaciones de poder pueden cambiarse a golpe de aumentar la masa crítica, pero si instituimos eso como principio para guiar la toma de decisiones en materia de prestaciones sanitarias tendremos unos cuantos colectivos que nunca tengan quien traslade su voz a los ámbitos de toma de decisiones.“
Sin embargo, los partidos políticos han decidido irse al titular fácil, al dedo y no a la luna, es decir al medicamento (Sofosbuvir, en este caso) y no a las propuestas para temas tan importantes como las patentes, la participación del paciente, etc. Tanto el post de Javier Padilla como este del blog Ciencias y Cosas lo analizan muy bien.
El segundo tema de esta entrada habla de atención primaria y de aquella noticia de diciembre. El motivo fue un cartel que se colocó en la puerta de un centro de salud pidiendo a los pacientes que no acudieran por “tener dificultades para encontrar suplentes“. Un problema casi crónico, que describe muy bien Vicente Baos, y que ha vuelto a ser utilizado como arma arrojadiza por algunos políticos. La crítica y la politización de la sanidad antes que el diálogo y las propuestas para resolver los problemas de siempre.
Por cierto, la viñeta es de Alberto Montt.