Igual que siempre se recuerda el primer beso, o eso dicen, también se recuerda la primera desconferencia. Quizás no sea tan romántico ni emotivo, pero sin duda marca. Era enero de 2010, y tras dudarlo unos cuantos minutos y engañar a otro futuro ponente, acabamos en un evento Barcamp que se celebraba en Valencia hablando de gripe A y web 2.0. Barcamp era una red de desconferencias que surgió en California en el año 2005 y que se extendió en muchas ciudades, centrada principalmente en temas de redes sociales, web 2.0, programación, etc. El secreto de este tipo de eventos era que cualquier persona podía exponer un tema y generar un debate multidisciplinar.
Y así, con un formato diferente e informal en el que son los propios asistentes los que eligen y debaten los temas, el aprendizaje es mucho más potente dado que se da prioridad a la conversación frente a la simple presentación. El editorial se titula “Ten Simple Rules for Organizing an Unconference” y ofrece diez sencillos consejos para dar un paso adelante:
1. No todo evento puede ser una desconferencia. Si buscas interacción entre los asistentes, el grupo no es muy numeroso y pretendes crear un entorno creativo de discusión, no lo dudes. Pero ante un auditorio de 500 personas, tal vez no tengas otro remedio que recurrir al método tradicional. Eso sí, en un gran congreso hay sitio para todo: desconferencias, mesas redondas, etc.
2. Elige el formato adecuado. Desde el world cafe, al hackathon, los pechakuchas o incluso el modelo pecera… Todo es posible. Y si no te gusta un modelo prefijado, inventa uno propio.
3. Debes tener un objetivo claro. Sentarse con otras personas sin saber el tema principal o sin permitir que el tema sea compartido con los asistentes, puede acabar provocando que la desconferencia fracase.
4. Las presentaciones formales deben ser cortas y muy ágiles. Si el tiempo de debate lo consume una charla magistral, la inteligencia colectiva se quedará en la última fila, sin decir nada.
5. El diseño y ejecución del evento debe ser compartido con todos los asistentes. Es necesario que todos participen en la elección de temas, de ponentes, de sistema de discusión, etc.
6. Evita los entornos rígidos y crea un ambiente que facilite la participación y la conversación. Las barreras deben ser mínimas y el mobiliario y la disposición de las sillas debe favorecer la interacción.
7. Debes confiar en los participantes. El éxito de la desconferencia depende de todos, ya que no hay un control directo sobre el evento. Además, dado que la asistencia es voluntaria, los asistentes asumen que tienen una función mucho más activa que en otros eventos. Por si acaso, es útil tener ciertas fórmulas de dinamización de la conversación.
8. La comunicación es la base de la desconferencia, y además debe ser informal. Y si permitimos que todos los asistentes puedan opinar, es importante que dispongan de otros canales para mostrar su opinión, intercambiar ideas y escuchar a otras personas. Twitter es muy importante (proyectar el hashtag puede ayudar mucho), pizarras, hojas blancas grandes en las paredes y rotuladores, wikis o editores abiertos tipo Google Drive o Etherpad.
9. Es tan importante el viaje como el destino. El aprendizaje colectivo permite que el propio proceso de intercambio sea tan rico como el conocimiento que se adquiere. Por ello, es esencial disponer de documentación, herramientas de intercambio, y permitir que la conversación se prolongue más allá del tiempo de la desconferencia.
10. Todas las ideas son útiles. Al igual que en los brainstorming, no se puede descartar ninguna idea ni opinión. Por eso es importante tener canales de comunicación para que cualquier persona pueda expresarse, en cualquier momento y de cualquier manera. Un dibujo, una palabra, un gesto, un vídeo, etc. ¡todo sirve!
Así que si vas a organizar un evento, un congreso o unas jornadas, prueba con una desconferencia. Ser diferente tiene su precio, pero el resultado merece la pena…
Sólo recordar que en la próxima reunión de la Sociedad Española de Epidemiología, el próximo mes de septiembre, se ha propuesto hacer alguna desconferencia. Esperemos que seamos capaces de llevarla a cabo… 😉
¿Quién se anima?
Miguel, muchas gracias por este decálogo que, aunque sencillo, no siempre es fácil de aplicar en las reuniones y encuentros de nuestro sector. Innovar, y arriesgar, en los eventos de salud es una asignatura pendiente pero, como bien dices, tal vez la inclusión de desconferencias pueda ayudarnos a avanzar en la búsqueda de un formato más abierto, participativo y multidisciplinar. ¡Lo apuntamos! Un saludo.
Y aprovechando "el despertar" de las desconferencias en tu blog me he animado a escribir algunas propuestas más en Miraquebé http://miraquebe.blogspot.com.es/2015/02/desconferenciate-otra-vez.html Gracias por la chispa necesaria para escribir de nuevo en mi blog. Un besote!
Muy interesante pero también intentaría con una página que ayuda con los ingresos http://www.clixsense.com/?6050915