Aunque el propio paso del tiempo está haciendo que cambie lentamente la tendencia, a los directivos sigue sin gustarles el mundo 2.0, y en el sector sanitario mucho menos. Algo hemos comentado en diversas entradas del blog como en “Los 7 pecados de la gestión sanitaria” o en “Dos punto miedo“. Y es que la web 2.0 nos permite “crear redes, compartir ideas, encontrar puntos de apoyo para mejorar, servir de plataforma para hackear el sistema, etc.“. Un buen ejemplo es Twitter, que “ayuda a romper la endogamia, es un altavoz muy potente, y sirve para encontrar canales de comunicación alternativos“. Pero tanta libertad, esa inmensa capacidad de comunicación, en determinados sectores no gusta mucho…
Hasta ahora, nuestro libro de cabecera sobre los nuevos modelos de gestión inspirados en la web 2.0, era Open Leadership, de Charlene Li. Sin embargo, gracias a este artículo del blog de Yoriento, hemos descubierto “Velocidad. Las siete nuevas leyes del mundo digital“, escrito por Ajaz Ahmed y Stefan Olander, y publicado en castellano por Gestión2000. El libro presenta algunas de las claves para que profesionales y organizaciones aprovechen al máximo la nueva cultura digital. ¿Es posible también en el mundo sanitario?
Algunas de las nuevas velocidades (al estilo de las tesis del Manifiesto Cluetrain), no son directamente aplicables a un entorno sanitario como el nuestro, pero de todo se puede aprender.
Velocidad 1. La tecnología es inevitable.
Pues eso, poco más se puede añadir. Eso sí, sin que llegue a ser una obsesión.
Velocidad 2. Si tu empresa no lo hace, otra lo hará en tu lugar.
Nuevos nichos de mercado, nuevos servicios que tardamos en ofrecer… Y si no es una empresa la que lo hará por nosotros, quizás la economía colaborativa nos ayude a despertar del letargo.
Velocidad 3. Tu objetivo es encontrar quien pague por lo que ofreces u ofrecer lo que quieren pagarte.
Nuevos servicios para personas que cambian: asistencia de tarde, mejorar el acceso, evitar que el paciente se sienta como una pelota que va rebotando de un sitio a otro… ¿Sabemos como hacer las cosas mejor?
Velocidad 3. Tu objetivo es encontrar quien pague por lo que ofreces u ofrecer lo que quieren pagarte.
Nuevos servicios para personas que cambian: asistencia de tarde, mejorar el acceso, evitar que el paciente se sienta como una pelota que va rebotando de un sitio a otro… ¿Sabemos como hacer las cosas mejor?
Velocidad 4. La innovación es una estrategia tan costosa como necesaria.
Y no hablamos de dinero, sino de esfuerzo y de capacidad de cambio. Pero como señala acertadamente Yoriento, a los directivos les encanta el cambio, pero no el suyo, sino el de los demás.
Velocidad 5. Un directivo prueba en lugar de predecir.
O mucho mejor, menos reuniones, planes, previsiones, proyectos piloto y discusiones sin fin, y más acción, más evaluación para saber si lo que hacemos funciona.
Velocidad 6. Liderazgo de la iniciativa y la conectividad.
Necesitamos líderes conectados, que aprendan de otros, que no se encierren en sus despachos, y que permitan que esa conectividad llegue a toda la organización.
Velocidad 7. Un directivo no publicita su empresa, la comparte.
¿Qué porcentaje de profesionales de tu organización se sienten orgullosos de pertenecer a la misma? El cambio en la gestión implica llegar precisamente a ese punto, con una motivación intrínseca muy elevada. Difícil, pero posible.
No es cuestión de ir más rápido, sino de despertar del letargo. Que a veces, este entorno parece sacado de “Atrapado en el tiempo”, aquella mítica película sobre el día de la marmota.
Nota: la imagen es de Robert S. Donovan, vía Flickr. Algunos derechos reservados.
No es cuestión de ir más rápido, sino de despertar del letargo. Que a veces, este entorno parece sacado de “Atrapado en el tiempo”, aquella mítica película sobre el día de la marmota.
Nota: la imagen es de Robert S. Donovan, vía Flickr. Algunos derechos reservados.