¿Cual es la mejor forma de informar al ciudadano acerca de la calidad de los centros sanitarios? La mayor parte de las iniciativas se centran en ofrecer datos en grandes tablas llenas de indicadores, que habitualmente son difíciles de entender. De hecho, entrar en webs como Hospital Compare suele provocar un agotamiento por infoxicación: ¿qué indicador es mejor? ¿reingresos o mortalidad? ¿limpieza de suelos o buen trato?
Por ello, en Medicare han decidido dar un paso adelante y simplificar la información que se ofrece al ciudadano, otorgando a cada uno de los 3617 centros sanitarios de Estados Unidos una puntuación de 1 a 5 estrellas (aquí el listado completo). Como los hoteles, o como Trip Advisor. Para ello, han elegido 64 indicadores de todos los que publican periódicamente y han calculado las estrellas correspondientes en base a una fórmula elaborada por un grupo de expertos.
Como era de esperar, la iniciativa no ha gustado a todo el mundo ya que, por ejemplo, las asociaciones de hospitales la rechazan dado que simplifica demasiado la calidad de un centro sanitario y además compara hospitales de diverso tipo que atienden a pacientes muy diferentes. Pero la gran sorpresa ha sido cuando se han publicado los nombres y las estrellas de cada hospital, ya que los más conocidos no han obtenido precisamente cinco estrellas.
Por ejemplo, en Boston los centros Beth Israel Deaconess Center y Brigham and Women’s Hospital obtienen tres estrellas. Curiosamente, hay más hospitales con 5 estrellas en Lincoln (Nebraska) o La Jolla (California) que en Nueva York o Boston. Además, pocos de los hospitales con más estrellas figuran en los rankings de hospitales como el US News ya que la mayoría de “los elegidos” son hospitales poco conocidos.
¿Realmente los mejores hospitales son los mejores hospitales? ¿O la fama, la publicidad y la historia son capaces de todo? Ser el mejor es un concepto tan complejo, que todo dependerá de si buscamos el mejor hospital para formar a un estudiante, para operar una cadera o para un tratamiento psiquiátrico. Todo depende…
El que mide siempre es subjetivo: siempre el peso lo pones en un lado u otro. Al menos en http://www.doctoralia.es quien valora es el paciente, al que se pretende poner en el centro del sistema. Aunque si no hay libre elección, de que sirve poner estrellitas o publicar grandes charts para pacientes? Feliz verano.
Hace nada, hablando con mi marido sobre el que podría ser mi futuro médico, me preguntó
– "¿Pero habrá que ver si el hospital es bueno, no?"
Mi respuesta fue:
– "Mientras sea el mejor, me da igual que no trabaje en el mejor hospital".
(Bueno, la verdad es dije "choza" en lugar de "hospital", pero es obvio que hay otros factores importantes como la higiene y el equipamiento, entre otros!
Como bien dice el Llordachs 😉 los pacientes no valoramos lo mismo que quizá se valore en estos listados… Y valoramos cosas diferentes según la enfermedad que tengamos. Un beso!
Pues en un entorno tan complejo como el sanitario un único individuo no lleva a cabo la obra aunque si es capaz de acabar con ella…
Vengo siguiendo el tema en algunos blogs de allá y creo que no se debe perder de vista una cuestión diferencial muy importante: en EEUU el dinero "sigue" al paciente por lo que un indicador público del tipo que sea puede afectar seriamente a la financiación de un centro.
Hay muchas críticas al sistema propuesto como las hay a las sanciones económicas por "eventos centinela" que si bien no demostraron ser infalibles si han conseguido introducir la preocupación por la seguridad en todos los procesos y "más allá del alta" en los hospitales.
Gracias por esta síntesis tan interesante.
He seguido el debate en EE.UU. y desde luego es un paso más en dirección a equiparar sanidad y consumo. Trabajo en una clínica privada que es un negocio y puedo asegurar que a pesar de ello la sanidad dista mucho de ser consumo porque hay factores clínicos que no se pueden supeditar a lo comercial. Sin embargo, muchas pacientes entran en "modo supermercado", pensando que pueden exigir porque el paciemte es un cliente y el cliente es rey. Tiene razón Richard Senett cuando dice que el modo capitalista se ha convertido en parte de nuestra forma de sentir y de pensar. Nos cuesta mucho trabajar con las pacientes hasta que cambien de un esquema de relación cliente-proveedor a paciente-médico.