La opinión pública y la política sanitaria



Una de las conclusiones del año 2016 es que las transformaciones en los servicios sanitarios no tienen buena aceptación entre los medios de comunicación y los ciudadanos. Ejemplos como la fusión de hospitales en Granada o el recuerdo de la marea blanca madrileña son una muestra del clima de desconfianza creciente por parte de la población y los profesionales ante algunas decisiones de política sanitaria.


La evidencia ya no es lo que era… Desde hace años, la teoría sobre organizaciones sanitarias promueve estrategias basadas en la concentración (unir servicios de alta especialización para así conseguir mayor volumen y mayor eficiencia en su actividad) y en la transformación de centros y servicios (desde hospitales de agudos a hospitales más centrados en patologías crónicas o en media estancia). Sin embargo, estas propuestas teóricas llevan años chocando con la opinión pública que no comparte la decisión de eliminar unidades especializadas con el “pretexto” basado en la evidencia de crear una unidad mayor en un hospital más alejado. 

Un ejemplo para tener en cuenta procede de Gales, el llamado South Wales Programme. En 2013 se planteó la necesidad de reorganizar cuatro hospitales del sur de Gales para centralizar en algunos de ellos los servicios de maternidad, pediatría y urgencias. Para evitar que la teoría y la evidencia fuera el único determinante, o que las presiones políticas se basaran en el capricho de algún líder local y no en la opinión de los vecinos, se realizó una estrategia de difusión y comunicación centrada en ofrecer toda la información, celebrar reuniones en todos los núcleos de población afectados y permitir que cualquier ciudadano o grupo pudiera presentar alegaciones. Para ello, se canalizó toda la estrategia en una web.

Teniendo en cuenta todos los factores, desde los datos financieros o sanitarios, hasta la opinión de todos los afectados, se emitió un informe con recomendaciones que se puede consultar en este enlace. La mayoría de los hospitales de Gales aceptaron la propuesta salvo el hospital más “perjudicado”, como indica esta noticia.

Sin embargo, el hecho de contar con el apoyo de las entidades representativas, los sindicatos, las sociedades científicas o los colegios no garantiza que la medida sea bien acogida. Vivimos en un entorno líquido en el que cualquier decisión es evaluada constantemente, y pese a los apoyos comentados o a la evidencia, es posible que exista un rechazo popular que acabe obligando a que se cambie la estrategia de forma radical. Por ejemplo, este informe analiza la influencia de las redes sociales en la toma de decisiones política, incluyendo un enfrentamiento entre dos conceptos muy potentes y contradictorios: el debate público real ante un problema concreto y el “efecto gallinero” de las redes, que permite que un grupo de voces pueda influir en el resto y dominar el debate. Lo que si queda claro es que la escucha de todas las voces y posiciones ante una decisión o cambio enriquece la decisión final.

Pero no siempre las decisiones políticas son puras, ya que en ocasiones no hay evidencia que las avale, como cuando tienen su origen en el capricho o en un interés electoralista. ¿Debería la evidencia en política tener en cuenta la opinión social? ¿Incluso si la opinión de los ciudadanos es contraria a la evidencia? En resumen, y volviendo al concepto de evidencia en política sanitaria: quizás haya que tener siempre en cuenta que la evidencia debe interpretarse teniendo en cuenta factores externos como el contexto político y social. Y eso tal vez lo estemos olvidando…

5 comentarios en “La opinión pública y la política sanitaria”

  1. Hola Miguel; este planteamiento es muy necesario pero en un país donde la gente sólo ve inversión en la obra nueva es casi un suicidio político porque nadie hace pagar (en votos) a los políticos por abrir 15 hospitales que luego no tienen presupuesto para mantener… En el blog de gestión clínica varela también han tratado el tema explicando esa evidencia referida a servicios como hemodinamica o radioterapia… pero a los agitadores de masas les es muy fácil obviar eso apelando a necesidades individuales. Craso error pues en un sistema público quien algo quiere lo que debe proponer es de dónde se financia.

    1. el tema de cantidad y calidad es un clásico, y hay mucha evidencia al respecto. En el blog publiqué hace un par de años uno sobre cirugía ortopédica en la misma línea. Pero como comentas, se trata de una evidencia dificil de explicar. Y los votos pesan más, casi siempre 🙁

  2. Estás abordando muy correctamente un tema de rabiosa actualidad en cuanto a la organización de los Servicios Públicos – no solo sanitarios -. Participación versus dirigismo. Tecnocracia versus democracia. Paternalismo versus madurez ciudadana. Insensibilidad de las instituciones acostumbradas al dirigismo, a la tecnocracia o al paternalismo. Momento crítico de estas instituciones, muy instaladas en la inercia de lo piramidal y en su propia zona de confort. Un ejemplo claro: Granada contra la Junta de Andalucía. A ver qué sale de ahí.

  3. ESTOY EN DESACUERDO CON LOS ARGUMENTOS DE ESTE ARTICULO. EN PRIMER LUGAR EN ANDALUCIA INICIALMENTE A LOS PROFESIONALES NOS DISGREGARON Y NOS ESTIMULARON A COMPETIR ENTRE NOSOTROS CON LA SUPUESTA GESTION CLINICA. AHORA PRETENDEN FUSIONARNOS. EN SEGUNDO LUGAR NO CREO QUE SE HAYA CONSULTADO NI SE HA OBTENIDO EL RESPALDO DE LAS ENTIDADES REPRESENTATIVAS ( PARTIDOS POLITICOS, SINDICATOS, COLEGIO PROFESIONALES, SOCIEDADES CIENTIFICAS, ASOCIACIONES CIUDADANAS). EN TERCER LUGAR LAS MAREAS HAN SURGIDO COMO UNA RESPUESTA DE LOS PROFESIONALES Y CIUDADANOS ANTE EL DETERIORO DE LA SANIDAD PUBLICA. EN CUARTO LUGAR Y ULTIMO CUANDO INTERESA LAS MAREAS MADRILEÑAS SON MOVIMIENTOS CIUDADANOS Y PROFESIONALES , CUANDO SON EN ANDALUCIA SON MANIPULACIONES POLITICAS.

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