La evidencia siempre ha estado clara, pero poco se hablaba de homeopatía fuera de los círculos habituales. Se mojaban las asociaciones, muchos profesionales, o incluso algunos colegios profesionales (no todos, por desgracia), pero la administración nunca ha dado pasos en ninguna dirección. Bueno, quizás en algún caso si lo ha intentado. Los primeros en plantar cara al lobby homeopático ha sido la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana que ha recordado a todos sus centros que la homeopatía no está incluida en la cartera de servicios del sistema nacional de salud y por ello ha prohibido su promoción, presencia, publicidad o su desarrollo en centros sanitarios públicos.
Casi de forma paralela, el NHS (National Health Service) está elaborando un documento llamado “Items which should not routinely be prescribed in primary care” que está en fase de borrador actualmente. Entre otros, la guía incluye la glucosamina y el condroitín sulfato y recomienda no iniciar nuevos tratamientos y desprescribir en los pacientes que ya lo estuvieran tomando. Pero la joya de la corona es la inclusión de la homeopatía:
Es muy llamativo que con cada tratamiento que se recomienda no prescribir, aparece su gasto anual. de esta forma, es fácil adivinar el potencial de ahorro que implica la guía. Entre otros ejemplos, los 19 millones de libras anuales en apósitos de lidocaína, los 34 millones en liotironina (T3) o 6 millones en compuestos con omega3.
El modelo de documento recuerda mucho a los Choosing Wisely, a las famosas recomendaciones de No Hacer del NICE o al Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España. Cada categoría de productos incluye su gasto anual y la evidencia que avala la recomendación, para que cualquier profesional pueda comprobarlo y adaptar (1) así su comportamiento profesional a las recomendaciones. ¿Implicarán realmente un cambio estas medidas? ¿Y un ahorro real? (2)
(1) La adaptación no es sencilla, tal y como comentan en este artículo de NEJM, en el que incluyen el concepto de “ilusión terapéutica“.
(2) Algunos estudios ya muestran poco seguimiento de las recomendaciones de este tipo de programas. Por ejemplo, en el caso de recomendaciones para urología en Canadá.