Hoy vamos a hablar de motivación económica, es decir, utilizar el dinero como motor para promover y provocar cambios en las personas orientados a la salud. Hace unos años preparamos esta presentación sobre el tema, que puede servir de punto de partida. Los tres grandes riesgos del uso del incentivo económico han sido comentados muchas veces: suele ser una motivación a corto plazo (el premio económico se asume en poco tiempo y deja de provocar el efecto incentivador), la retirada de este tipo de incentivos genera un efecto negativo mucho mayor que el efecto positivo inicial y finalmente el dinero consigue que cambiemos comportamientos no por convicción sino por el premio (con el problema ético que conlleva).
Sin embargo, hay que reconocer que para cambios a corto plazo y siempre que se planifiquen adecuadamente, el incentivo económico es muy poderoso (esta revisión sistemática publicada en 2014 así lo avala).
Curiosamente, durante estas últimas semanas han surgido varias noticias sobre este tema y por eso nos hemos lanzado a dedicar una entrada al mundo de los incentivos dirigidos a cambiar nuestro comportamiento en temas de salud.
Una noticia es el lanzamiento de Wellth, una aplicación móvil dirigida a mejorar la adherencia a los tratamientos. La base de su funcionamiento es muy sencilla: si sigues el tratamiento durante x días, ganas x euros. Por cada día que no se sigue el tratamiento el paciente pierde una cantidad de dinero. Se trata de una app centrada en el mercado sanitario privado y basada en la evidencia que respalda que seguir determinados tratamientos evita reingresos hospitalarios (el reingreso es mucho más costoso que el pago del incentivo al paciente).
Pero el sector que está descubriendo el poder de los incentivos y las apps es el asegurador. En esta noticia, la aseguradora asociada a la empresa Mitsubishi Motor va a entregar un dispositivo Fitbit a sus empleados y canjeará la actividad realizada por puntos de salud (que se transforman en regalos). Al parecer, el gobierno japonés está promoviendo que se pongan en marcha incentivos individuales para la salud.
Aunque Japón no es el único sitio donde pasa esto, ya que en España se ha presentado Vivaz, una nueva aseguradora de salud que ofrece a sus asegurados regalos y descuentos por cada 10.000 pasos diarios.
Cada vez, será más habitual ver este tipo de incentivos asociados a la salud para conseguir que se mejoren los hábitos asociados al ejercicio físico. ¿Alguien recuerda aquella campaña llamada “Por un millón de pasos” de la Junta de Andalucía? La base es similar, pero las apps y los regalos juegan un papel importante. Pero, ¿realmente es ético pagar por hacer ejercicio o seguir un tratamiento? ¿Se hace por la eficiencia del sistema o por el bienestar del paciente? A veces las líneas son tan finas…