El NHS decidió sacar la cartera y pagar un proyecto piloto caro, ambicioso y cargado de polémica centrado en el uso de una app para mantener una consulta online con el profesional sanitario (NHS at hand). Podríamos hablar de brecha digital, de cambio en la relación médico-paciente, etc, pero hay que reconocer que el proyecto ha despertado gran interés entre la población.
El proyecto se implantó en varios centros urbanos y y si algún paciente quería utilizarlo tenía que estar asignado a uno de estos centros. ¿Qué ha provocado esta circunstancia? Que en dos meses los pacientes registrados en uno de los centros elegidos (ubicado en Hammersmith, Londres) han crecido más de lo habitual: 4970 pacientes en noviembre, 11867 pacientes en diciembre y 16117 pacientes en enero de 2018. Los datos se pueden obtener en la web del NHS (código de centro E85124).
La mayor parte de los nuevos pacientes son jóvenes (entre 20 y 44 años), dato que habrá que tener en cuenta de cara a la evaluación de la app y su uso. ¿Estos datos invitan al entusiasmo? Pues no del todo, ya que el poder de atracción ejercido por el servicio online se centra en la población a priori con mejor estado de salud (y también con menor brecha digital). ¿Logrará convencer esta herramienta a los pacientes más mayores, con patologías crónicas y en áreas rurales? De momento, parece que Tudor Hart ya anticipó hace más de 40 años este comportamiento…