La agencia de noticias Associated Press ha publicado un reportaje de investigación sobre algunos de los errores que cometió la OMS en la gestión de la epidemia de ébola del año pasado. Desde productos caducados, falta de bolsas para cadáveres o problemas constantes de liderazgo y coordinación, hasta errores en temas logísticos. Podéis leer varios correos electrónicos que muestran algunos ejemplos del caos o la noticia que el Washington Post ha elaborado con un resumen de los diez principales errores.
Salvando las distancias, hay dos ejemplos que podríamos extrapolar al mundo sanitario actual, y que seguramente más de un lector ha vivido/sufrido:
– Cruz Roja ofreció construir un centro de tratamiento de enfermos de ébola en Kenema (Sierra Leona). El 4 de agosto uno de los técnicos de Cruz Roja se quejaba en un email que nadie le decía claramente donde construirlo, ni el gobierno del país ni la OMS. Finalmente les indicaron una zona y tras intentar limpiarla de árboles y vegetación, resultó que un informe señaló que el terreno no era seguro. Y tuvieron que construirla en otra zona, inaugurando el centro en septiembre (un mes más tarde de lo previsto).
¿Y realmente ocurre algo parecido en el mundo sanitario? Pues en ocasiones sí, aunque no en situaciones tan graves. Nadie acaba tomando las decisiones de forma clara o, peor aún, varios decisores se enfrentan en una especie de ataque de gallos en el gallinero. Y mientras afilan sus espolones, pasan los días.
– Otro caso que cuenta el reportaje tiene que ver las reuniones eternas que acaban con pocas decisiones. Un técnico en el terreno se quejaba de que las reuniones con duración prevista de una hora se alargaban a 3 o 5 horas sin que nadie aportara soluciones prácticas. Incluso un técnico recordaba una conversación de 45 minutos entre varios funcionarios acerca de los posibles problemas culturales a la hora de elegir el color de las bolsas de recogida de cuerpos, ya que algunos colores podrían herir sensibilidades. Como comenta el técnico, es cierto que puede ocurrir algo así, pero mientras se discutía este extremo, los cuerpos seguían en las ciudades sin ninguna bolsa. ¿Prioridades?
Y sí, seguramente alguna vez hayáis visto algo parecido. Desde reuniones operativas que parecen filosóficas, hasta decisiones que deben ser rápidas y que se atascan en algún tema puntual que impide dar los primeros pasos. La famosa parálisis por el análisis.