Taladros caros, taladros baratos



La innovación frugal sigue avanzando. Hace poco hablamos del uso de mosquiteras para construir mallas quirúrgicas (incluso cuenta con un ensayo publicado en la revista New England Journal of Medicine). Al final, la clave es encontrar o diseñar soluciones seguras, efectivas y baratas para problemas comunes.


Hoy vamos a hablar de taladros quirúrgicos para su uso en cirugía ortopédica. Una tecnología sencilla (su funcionamiento desde un punto de vista técnico no difiere mucho de un taladro industrial o incluso doméstico) pero con un precio muy elevado que supera ampliamente los 10.000 euros en España. Con semejante precio, es lógico plantearse qué ocurre en países en vías de desarrollo.


El autor de este artículo, publicado en BMJ Innovations, visitó un hospital de Malawi y comprobó que las intervenciones quirúrgicas de cirugía ortopédica se realizaban con taladros caseros recubiertos con una cubierta (para conseguir algo de estanqueidad e higiene). Posteriormente un grupo de estudiantes universitarios realizó un análisis de esta práctica y finalmente una empresa decidió comercializar la innovación. Su nombre es Arbutus Drill Cover System y es una cubierta esterilizable y reutilizable que recubre completamente el taladro y lo transforma en un dispositivo apto para su uso quirúrgico.

En el artículo citado, se revisan las principales barreras que se están encontrando para su difusión, así como el ahorro que podría suponer su uso en el National Health Service (NHS). De forma paralela, los principales fabricantes de esta tecnología ofrecen cada vez sistemas más complejos para así evitar la simple comparación taladro-taladro. Incluso se recomienda un taladro concreto de uso industrial por su potencia y similitud con los taladros quirúrgicos. Pese a todo, surgen muchas dudas.

Si un extremo es el brillo de la tecnología y del producto caro, no podemos dejarnos llevar por el otro extremo: el poder de atracción del precio bajo el pretexto de la innovación estilo DIY. Así que la receta infalible en estos casos es la de siempre: evaluación, evaluación y más evaluación… ¿Y el cumplimiento de la normativa de producto sanitario? ¿Y la seguridad? De momento no hay datos claros de resultados clínicos, pero con más de 30.000 intervenciones realizadas (cuyas características poblacionales habrá que valorar), los responsables del estudio no han informado de ningún evento adverso. Algo es algo pero falta mucho más. La cuestión no es lanzarse de forma inmediata a buscar la forma de introducir este producto en Europa (por ejemplo) ya que los requisitos técnicos y de seguridad hay que cumplirlos, sino replantearse si el precio de los productos sanitarios es el adecuado o seguimos comprando caro. 


Bueno, y si los ensayos y pruebas demuestran que se trata de un producto igual y más barato que la competencia… seguro que los taladros clásicos bajan su precio de forma radical. 


Referencia: Prime, M., Attaelmanan, I., Imbuldeniya, A., Harris, M., Darzi, A., & Bhatti, Y. (2018). From Malawi to Middlesex: the case of the Arbutus Drill Cover System as an example of the cost-saving potential of frugal innovations for the UK NHS. BMJ Innovations.

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