En plena época de la sanidad basada en el valor y blablabla, es un lujazo tropezar casi por arte de magia (gracias al blog Sano y Salvo) con un documento como el que vamos a comentar. Se trata del “Documento de posicionamiento sobre el hiperregistro (“registritis”) en el encuentro clínico profesional-paciente en la Atención Primaria (AP)” que han elaborado en el Grupo de Ética de la CAMFiC.
Lo primero (y esencial): descargar y leer el documento. La introducción del texto permite conocer algunas de las reflexiones que siempre suscita el uso de herramientas electrónicas de registro como la historia clínica electrónica. Pero lo más importante son sus recomendaciones, y dado que se explican muy bien por si mismas, vamos a reproducir aquí las que más nos han gustado. Aunque el documento las enfoca a atención primaria, son válidas para cualquier organización sanitaria.
1. Objetivo del registro.
Preguntémonos siempre el objetivo de cada registro. ¿Es la salud del paciente?. Si no lo es, ¿cuál es el objetivo?
Si el objetivo no es la salud y la relación clínica y nos quita tiempo para el cuidado debemos informar a la dirección y al equipo sobre la conveniencia de prescindir del registro. ¿Podemos plantearnos no registrar?
2. Evaluación.
No hemos de dejarnos deslumbrar por la novedad y la innovación. Tengamos claro y exijamos que todo nuevo programa y registro sea evaluado antes de su implantación.
3. Registros necesarios pero farragosos.
Ante registros con clara aplicación clínica evaluemos si la carga de “clics” es justificada. ¿Tiene lógica que tengamos que hacer tantos clics para registrar la vacuna de la gripe? ¿Sería posible robotizar este registro? Si no está justificado, cuestionémoslo.
4. Compartir pantalla.
Si no es posible y tenemos que consultar y/o hacer registros durante la visita podemos compartir lo que estamos haciendo con la persona que estamos atendiendo, trabajando con pantalla abierta.
5. Dispositivos externos y datos.
Es imprescindible que roboticen la incorporación en la historia clínica de los datos que obtenemos con aparatos y que pueden ser volcadas de forma automática (analíticas, espirometrías, tensiones arteriales …)
6. El riesgo de los incentivos.
Que se atengan a las evidencias [aquí un ejemplo] que hablan de la perversidad que puede ser ligar los registros a incentivos económicos, a la docencia y a la carrera profesional, y se cuestionen si estas demandas pueden ser maleficientes para la salud de los pacientes.
7. La clave de todo.
Recordemos continuamente que la comunicación, la empatía, la compasión y las tecnologías blandas continúan siendo el valor central de la relación clínica humanizada.
Poco más que añadir… salvo que sería conveniente tener en cuenta las recomendaciones del documento para mejorar (todavía más) los sistemas de registro y de historia clínica.