La evidencia rodea (o al menos debería hacerlo) casi todas las conversaciones dentro del entorno sanitario. Y sin embargo, parece que se genera más entusiasmo con las historias y las experiencias que con las revisiones sistemáticas. Parece que una historia de éxito, extraída de una web de noticias de Idaho tiene más impacto que un trabajo serio publicado en una revista científica. Podríamos hablar de cualquier faceta del entorno sanitario, pero hoy nos vamos a referir a la salud digital.
Y todo tiene que ver con el famoso sesgo de confirmación y el papel de las redes sociales. Hay dos aspectos muy llamativos que explica muy bien Hugo Sáez en este artículo sobre el consumo de información: la infoxicación nos lleva a vivir de titulares (huimos de los textos largos y/o complejos) y por otra parte nos gusta consumir contenidos que avalen nuestra forma de pensar. ¿Qué provoca esto? Que sin darnos cuenta obviamos aquellas noticias, historias o estudios que incluyen conclusiones contrarias a nuestra opinión sobre un tema.
Hace poco hablamos de innovación en el podcast Conectando Puntos. Una de las recomendaciones fue intentar ver la realidad con otras gafas. ¿Qué implica eso? Leer a autores que sabemos de antemano que no piensan como nosotros, estar atentos a teorías que a priori nos chirrían y adentrarnos en entornos, webs o fuentes de información que casi ni conocemos. Todo esto nos ayuda a aprender, a cuestionar nuestra forma de pensar y a renovar nuestros prejuicios y nuestras filias y fobias. Y este aprendizaje (incómodo pero muy efectivo) es lo que realmente nos puede ayudar a renovar la famosa zona de confort, porque lo que hacemos es adentrarnos en terrenos aparentemente pantanosos.
¿Y por qué lo enfocamos al terreno de la salud digital? En primer lugar porque, como ya hemos dicho, en ocasiones parece que tiene más importancia una historia o una experiencia que una revisión o un artículo de investigación. Ambas fuentes son importantes, pero es más recomendable sacar conclusiones de la segunda que de la primera. Sí, podríamos hablar de la importancia del storytelling y de lo aburridos que son los artículos científicos, y de hecho ambos son importantes, pero no podemos alimentar nuestra opinión solo con los primeros.
Lo del sesgo de confirmación nos pasa a todos. Cuando leemos opiniones de gente que no piensa como nosotros, los etiquetamos como trolls. Si leemos algo en nuestra linea, lo llenamos de favs y de retweets. Y olvidamos que aprender y crecer es leer ambas opiniones, y de vez en cuando cuestionar la nuestra, ponerla a prueba, y revisarla. Así que, si nos gustan las historias y las experiencias reales, quizás debamos leer tanto las que coinciden con nuestra opinión como las que no encajan del todo con nuestra forma de pensar.
Todo esto viene porque hemos leído en el blog de Rafa Bravo la traducción de un artículo (“A Contrarian View of Digital Health“) sobre los riesgos de la salud digital, el exceso de prevención, el sobretratamiento que se asocia a la monitorización de nuestra vida y el miedo que dan temas como la genómica. Todo se basa en la historia de un granjero, y se incluyen algunas referencias bibliográficas muy interesantes. No es una revisión ni nada parecido, pero ayuda a pensar y a replantearse que todo lo nuevo requiere ajustes, revisión y mejoras constantes.
Muy buena reflexión. Para ofrecer mejor información sobre salud debemos cuestionarnos mucho más e intentar ser imparciales a la hora de comunicar.
¡Gracias por compartir!
Y el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Muy conforme, reconozco que olvidamos que para aprender y crecer es preciso beber de multiples fuentes, aunque no nos gusten. A ver si te animas a comentar nuestra iniciativa con el ánimo de mejorar, los recursos son limitados paro con mucho esfuerzo ya nos acercamos a los 40.000 usuarios/mes en PacientesSemergen.es Un abrazo, crack!