Nos encanta conocer experiencias de organizaciones que están revolucionando el sistema sanitario. El libro de Laloux (“Reinventar las organizaciones“) de 2017 nos puso en la pista de muchas de estas experiencias, y nos ayudo a reordenar las ideas sobre la innovación organizativa. Se habla mucho de Buurtzorg, de holacracia y de algunas organizaciones más que lo están cambiando todo (o al menos lo intentan).
Una vez conocida la teoría y los ejemplos, llega el momento de poner en marcha alguna de las mejores prácticas en nuestro entorno (organizaciones sanitarias públicas habitualmente). Y empiezan las resistencias y las barreras, sobre todo las barreras de tipo administrativo, burocrático y profesional.
¿Por qué decimos esto? Hablemos de personas, de equipos y de compromiso. En muchos de los ejemplos citados, encontramos proyectos que se ponen en marcha seleccionando a los profesionales que los van a llevar a cabo, dejando muy claros los principios y valores de la organización desde un principio. Sin embargo, en un entorno como el actual, la elevada temporalidad en el empleo y la existencia de equipos formados casi de forma aleatoria en base a concursos de traslados, oposiciones y procesos de movilidad interna, no son precisamente factores facilitadores para poner en marcha nuevos modelos de trabajo.
La otra opción es copiar esos valores y principios para intentar incorporarlos a la cultura de las organizaciones. ¿Es posible? Quizás sea la opción más adecuada a corto y medio plazo, pero para ello debemos empezar a tener claros esos principios, ponerlos sobre la mesa y difundirlos (un buen ejemplo en Twitter es #cambiahospital). Si además incorporamos evidencia sobre su importancia, pues mucho mejor. De hecho, las características más habituales suelen ser trabajo en equipo, colaboración, atención centrada en el paciente y coordinación, y la evidencia en estos casos es clara y abundante.
Además podemos avanzar con algunas de las ideas organizativas que se pueden aprender de estas buenas prácticas. Como comenta Iris Lumillo en esta entrada del blog Avances en Gestión Clínica, aspectos como la autogestión, la autonomía o la no existencia de jefes son algunos de los elementos que hacen de Buurtzrog una organización diferente. ¿Podemos copiarlos?
Avanzar en esta línea es posible, pero hay mucho por hacer. Quizás el rumbo sea diferente, o quizás sea el mismo. Como siempre decimos, propuestas como la escuela de agentes del cambio son un primer paso muy importante. No olvidemos que estamos ante un cambio cultural y no una puesta en marcha de un proyecto, y aquí lo de elaborar un dossier y enviar un email informativo se queda demasiado corto.