Problema busca solución



Parece que los problemas de siempre, los dilemas del pasado que siguen sin una solución clara, ya no emocionan. Y por eso, lo habitual ahora es leer o encontrar charlas y jornadas sobre herramientas innovadoras que todavía no sabemos casi ni para qué sirven. 


Ya lo hemos comentado en el blog en alguna ocasión. Por un lado, con el concepto de pseudoinnovación, es decir, coger herramientas antiguas y viejunas, cambiarles el nombre, usar papeles de colorinchis y a brillar. Y por otro, lo que llaman “pseudounderstanding“, que se basa en coger un concepto de moda, simplificarlo al máximo y venderlo sin entender realmente su base científica. 


Y todo por el solucionismo, tal y como lo define Leandro Herrera en este artículo que publica en su web: organizaciones centradas (casi obsesionadas) en encontrar soluciones a sus problemas. Y si no hay problemas, los buscamos o los creamos. O incluso contratamos a consultores y auditores para que detecten problemas en cualquier esquina y nos ayuden a resolverlos.


Las nuevas técnicas seguirán arrasando, y llegarán nuevos thinking-lo-que-sea o design-lo-que-quieras. Y nos ayudarán a tomar decisiones para… diseñar un nuevo problema.

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