Una revolución sin miedo

Llevamos años gritando sin voz, saltando de un sitio a otro, buscando un hueco que quizás no existe, y luchando contra molinos que parecen gigantes. Ellos no saben que son de barro, nosotros tampoco lo sabremos nunca. Y la vida sigue, entre ideas, mensajes, aforismos y una búsqueda constante del tuit perfecto (ese que mañana nadie recordará).

Hoy nos saltamos un capítulo, y nos vamos directamente a ese momento de la historia en la que pasan cosas, cuando el final empieza a verse desdibujado a lo lejos. Cuando todo es riesgo, pero hay velocidad, cuando todo es endeble pero las piezas del puzzle encajan de forma clara. No sabemos que hay detrás, y es muy probable que volvamos a los molinos de siempre, que confunden poder con capricho, que no entienden que los tiempos han cambiado, y que el futuro ya no lo escriben ellos. 

Este año 2017 proponemos otra revolución, como cada año. La que nos quite el miedo, la que cambie el rumbo, la que invite a hacer y la que se centra en una buena idea y la finaliza. ¿Empezamos?

 

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