Cuenta atrás para un nuevo modelo de congresos





Volvemos a los clásicos: el futuro de los congresos (como no acordarse de #cambiacongreso) y la formación especializada. Hace pocos días, el cardiólogo José Juan Gómez publicaba en la web Cardio 2.0 una entrada sobre el impacto que va a tener el nuevo código ético de la industria sanitaria en los congresos sanitarios. Aunque lo mejor es que leáis la entrada original, vamos a hacer un breve resumen a continuación.


Eucomed es la asociación europea de empresas de tecnología sanitaria (las que venden prótesis, stents, marcapasos, etc). En su última reunión, se aprobó un nuevo código ético para el año 2018 que incluye lo siguiente:
  • No se podrán patrocinar congresos que tengan relación con el ocio.
  • No se permitirá el pago directo de los gastos de asistencia a congresos a los profesionales (ni viaje, ni inscripción, ni alojamiento, ni nada similar).
  • Dichos pagos de asistencia podrán sufragarse mediante una especie de becas: las empresas aportarán fondos a las organizaciones y entidades, y estas distribuirán las becas entre los profesionales.
¿Va a ser el fin de los congresos? Salvo que el modelo de las becas sea útil, la reducción de asistentes será importante. Además, dado que los congresos son una gran fuente de financiación para las sociedades científicas (lo de “gran fuente” se queda corto, ya que hay muchísimo dinero sobre la mesa), muchas sociedades verán como sus presupuestos se reducen. En resumen, que no es el final de los congresos, sino el final del vigente modelo de congresos, y esto huele a reinvención.

Empecemos por lo esencial: los congresos son muy muy caros. Cuotas de inscripción de más de 500 euros, viaje y alojamiento (3 noches de media), gastos del día a día, etc. Pero realmente, ¿cuantos congresistas se pagan sus gastos? ¿O realmente las cuotas de inscripción son la otra forma de patrocinio para las empresas? Un logo a cambio de dinero en efectivo y de llevar a 50 congresistas con todo pagado. La otra cara de la moneda son los congresos que buscan minimizar sus costes para que la cuota sea mínima: sin lujos, sin cenas oficiales, sin grandes y caros espectáculos inaugurales, y con el mismo nivel en cuanto al conocimiento. 

Una opción que se comentó en un debate en twitter a partir de la entrada de cardio 2.0 fue la promover la difusión de los congresos en vídeo (streaming en directo y videoteca de todo el congreso). Sin embargo, el audiovisual no parece el medio favorito de los profesionales: muchos vídeos, poca organización, difícil encontrar videos de calidad, y pocas visitas. Algunos congresos ya retransmiten sus congresos por streaming de forma gratuita (otros cobran por la asistencia “online”) y después cuelgan los vídeos en su youtube, ¿y como les funciona? Veamos algunos ejemplos:

– El evento-resumen del congreso SEC 2015 celebrado en Bilbao está colgado en el canal de Youtube de la SEC. Se trata de un vídeo de 2 horas y 3 minutos, que incluye diversas ponencias de una jornada que recopila lo mejor del citado congreso y que se celebró en noviembre en Madrid. Dicho vídeo cuenta con 1823 visualizaciones, aunque la duración media de cada visualización es de 20 minutos (es decir, mucha gente no ve el vídeo completo).

– Un buen ejemplo de congreso que se cuelga íntegro en Youtube es el de la SEFH (Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria). Aquí tenéis la lista de reproducción con todos los vídeos, desde la inauguración a todas las mesas redondas y ponencias. Salvo un cortometraje titulado Superhéroes (con más de 15.000 visitas), el resto de vídeos no llega a las 100 visualizaciones, y la mayoría de las ponencias o conferencias no supera las 10 visitas.

– En el caso de otra gran sociedad, como es la Semfyc, hay algunos vídeos en Youtube. Por ejemplo, esta conferencia de Rafael Bengoa del congreso de 2012 tiene 263 visualizaciones. 

– Algunos congresos difunden los vídeos en un formato poco adecuado para su posterior uso, como en el último congreso de crónicos. Se trata de archivos mp4 enlazados directamente en la web, pero no están subidos a Youtube.

– La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) ofrece en su canal de youtube los vídeos del último congreso. Los vídeos no superan las 100 visualizaciones, y el tiempo medio por vídeo no supera el 20% del tiempo total. 

¿Funciona el modelo de congreso en vídeo? Por ahora no mucho: pocos congresos cuelgan sus vídeos en youtube, las visualizaciones son escasas y el tiempo medio de visualización indica que pocas personas ven los vídeos completos. No es lo mismo ver una mesa redonda en un congreso que ver un vídeo en casa. Además, cabe preguntarse otra cosa: ¿el objetivo principal de los congresos para los asistentes es el aprendizaje?

Por otra parte, el modelo formativo a distancia ha mejorado notablemente, y hemos logrado pasar de una plataforma Moodle inundada de archivos pdf a otros entornos mucho más atractivos y didácticos para el alumno. Vídeos, foros o webinars en directo son algunos ejemplos de todo lo que se puede hacer. De hecho, algunos vídeos de tipo más formativo, como este curso de electrofisiología de la Reunión Anual de Arritmias, cuentan con muchas más visitas que los vídeos de los congresos (5053 visualizaciones).

Antes que cambiar el modelo de congresos o adaptar este tipo de encuentros a la nueva normativa, quizás sea conveniente dibujar un marco adecuado de formación y aprendizaje para los profesionales sanitarios. ¿Qué queremos? ¿Como incluimos los puntos de encuentro de profesionales en el modelo? ¿Hay que seguir dejando en manos de la industria, sociedades y profesionales la formación especializada? ¿Hay otras formas de hacerlo? ¿Los nuevos congresos serán online? ¿Sufriremos el efecto MOOC, basado en que todos se apuntan a ver los vídeos, y pocos los ven de forma completa? Un buen punto de partida sería comprobar los diferentes modelos existentes en España, y mirar también a otros países.

Algo que ya hemos apuntado es la necesidad de contar con un sistema más objetivo de asistencia, que evite la relación directa entre la industria y el profesional, y permita que sea la organización la que proponga a los asistentes, pueda solucionar parte de los problemas. Además, sería también interesante que los congresos publicaran sus cuentas: quien paga, tipos de gastos, etc. Seguro que eliminando lujos, caprichos y cenas oficiales, se puede reducir la cuota de inscripción. Pero, ¿a quien le interesa reducir esa cuota? Sin duda a los asistentes que se lo pagan de su bolsillo, pero a los asistentes subvencionados y a las propias sociedades organizadoras parece que no les interesa mucho.

Y otro día hablaremos de la posibilidad de que haya congresos sin patrocinio directo, mediante un fondo común de ayudas de la industria gestionado por cada servicio de salud o el propio Ministerio que otorga “subvenciones” a las sociedades científicas. El problema es que este modelo no gusta ni convence a nadie, y así van las cosas hoy por hoy: aunque hay que reconocer que hay congresos muy serios, en los que el conocimiento y el aprendizaje juegan un papel esencial. Quizás haya que aprender de estos ejemplos.


Nota: gracias a José Juan Gómez por escribir la entrada original, y por mover el debate en Twitter. 

6 comentarios en “Cuenta atrás para un nuevo modelo de congresos”

  1. Muy actual el tema que saca a colación el Dr. Juan José Gómez de Diego (http://cardio2cero.com/el-futuro-de-los-congresos-en-medicina-y-el-nuevo-codigo-etico-de-la-industria/ ) y que continua brillantemente Miguel Ángel Máñez (en http://saludconcosas.blogspot.com.es/ )
    Aunque sabemos que no es nuevo, y desde 2013 quedó casi zanjado con el Código Ético de Farmaindustria.
    Tampoco lo es la feroz crítica que sufrimos los médicos por parte de la opinión pública y periodística sobre las "magras prebendas" que en teoría nos ofrecen a los profesionales, que parece ser somos unos facinerosos-muertos-de-hambre pagados por la farma-industria capitalista y que se enriquecen en simbiosis a costa de maltratar a los pacientes con medicación innecesaria.
    Y esa es también la opinión creciente de neo-lobbys de médicos encuadrados en plataformas “de caza al médico” como “No gracias”, Farmacríticxs, Pharmaware o AMSA Pharmfree, entre las muchas que proliferan últimamente a saber con que beneficios, financiación e intereses. Porque no regalan nada. Lo venden. (Lo único que me parece justo).
    Viles somos cuando recetamos Crestor, malvados cuando intentamos cambiar a una atorvastatina genérica y ruines ¡Faltaría más! por utilizar ese "veneno" de la industria. El re-infarto, ya se previene solo.
    Somos esbirros de la administración cuando tratamos de retirar medicación a ancianos poli medicados “Este médico solo piensa en quitarnos las medicinas” y cómplices de la industria cuando peleamos por poder usar dabigatran o prasugrel -pongamos por caso- Y no sigo porque me pierdo con el cabreo.
    No se trata pues, únicamente, de quien financia los congresos médicos, sino de que diantres quiere o espera la sociedad de los médicos.
    Aunque parezca increíble, todavía persiste en el imaginario colectivo un médico que vive en urbanización de lujo, y llega a casa en su porsche 911 después de haber dejado boquiabiertos a sus amigos en el club de golf, planeando la cacería en Badajoz del fin de semana próximo… Pagado por la industria farmacéutica.
    Infumable.
    El médico medio de hoy en día, si encuentra trabajo, no llega fin de mes a no ser que se mate haciendo guardias y quebrantando su salud. ¿Formación? ¿Cuándo? ¿Arrancando horas a la familia porque ya no puede acompañarte el conyugue ni pagándolo de tu bolsillo? ¿Vende acaso alguien su integridad por un entrecot? ¿Repitiendo el MIR porque no tiene trabajo y así gana 1.600 euros al mes durante unos años más antes de volver a la cola del INEM?
    Pues bien. Hagamos la transición a nuevos sistemas de formación y reciclaje, pero, aún reduciendo al máximo los costes, deberá tener un atractivo para que se formen y reciclen la mayoría de los profesionales –si la sociedad así los quiere-. Y seguirá teniendo un coste. Y alguien deberá pagarlo. Y no lo va a hacer el profesional porque la competitividad –motor de todo lo bueno- no existe en un sistema sanitario socializado como el español salvo para “el prestigio” y “el prurito personal”
    Pero con eso no se viste ni alimenta a la familia.
    Hace tiempo que, venturosamente, se acabó el trabajar gratis. Eso solo lo hacían los esclavos y la esclavitud se abolió en occidente hace muchos años.
    Parece que hoy me he quedado a gusto… Disculpen la transgresión políticamente incorrecta.

    1. Se agradece la sinceridad… He intentado en todo momento separar aquella visión (que ya forma parte del pasado) de médico que se aprovecha de la industria de la realidad que he visto en estos años. Coincido plenamente contigo en la necesidad de formar correctamente a los profesionales sanitarios, pero aquí llegamos al quid de la cuestión: ¿son los actuales congresos un buen medio para aprender? Esa es mi gran duda…

      Y ya que hablas de sueldos y demás, no se puede permitir que la inscripción a un congreso patrocinado alcance cifras como 700 u 800 euros. No tiene sentido… Y da a entender que las sociedades científicas buscan financiación aprovechando los congresos. O al menos esa es mi impresión.

      Gracias

    2. Toda la razón, Miguel Angel. Los precios de los congresos actuales son desproporcionados y nunca alcanzarian esas cifras si fuesen por pago directo. De todos modos, deswde 2013 funciona el Código Ético de Farmaindustria y, de momento, no veo que se hayan reducido.
      Tampoco el número de asistentes. ¡Treinta mil asistentes al de cardiología 2015 en Londres!
      Algo falla: O no se aplica, o se hace por otros cauces.
      Un abrazo y enhorabuena por tu margínifico artículo

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