Los incentivos y los objetivos asistenciales son siempre terrenos pantanosos, casi como ciénagas en las que es difícil sobrevivir. Hace unos años, Sergio Minué escribía precisamente sobre la relación entre el sueldo de los profesionales y el registro de su actividad, a partir de la puesta en marcha del sistema P4P (Pay for Performance) en el NHS.
Cuenta el caso de la Sra. Jones cuya presión arterial sistólica es de 151 mmHG cuando el límite aconsejable es de 150.¿Realmente pasa algo si en la historia electrónica pongo 150? ¿ Y si tuviera 152, o 154? ¿ Y 155? Richards se pregunta : ¿ cuantos mm de mercurio importan clínicamente , cuantos éticamente , cuantos financieramente? Dependiendo de lo que registre, el riesgo cardiovascular es muy probable que no cambie, pero si cambiarán sustancialmente los ingresos.
La demencia es un gran negocio, y hay muchos intereses creados que se benefician de un aumento en el número de diagnósticos. Actualmente el uso de objetivos basados en el diagnóstico ha demostrado mucho éxito como estrategia para los políticos y la industria. Si no podemos cuestionar su validez, las preocupaciones éticas que sustentan la realización de un diagnóstico y el riesgo de sobrediagnóstico, entonces corremos el riesgo de que esta estrategia se repita en otras áreas de la medicina. El diagnóstico debe pertenecer sólo al paciente, y nunca al gobierno, los políticos, o gestores. Es necesario un debate urgente antes de que esto se nos vaya de las manos.