El #postureo de las guías de práctica

Las guías de práctica, una de las manifestaciones más extendidas de la medicina basada en la evidencia, son una gran herramienta para promover el cambio. O mejor dicho, son una herramienta necesaria pero no suficiente para conseguir dicho cambio.

Como casi todo el mundo puede imaginar, elaborar una guía, “oficializarla”, publicarla y difundirla, y que acabe en las estanterías de hospitales, consultas y centros de salud, no sirve de mucho. Hace falta que las indicaciones de la guía lleguen al profesional para que adapte su práctica a lo que establecen las guías. Desgraciadamente no hay un elemento mágico que consiga que, sin darse cuenta, el profesional se levante una mañana y ya tenga adaptados sus procedimientos de trabajo a la guía en cuestión.

Todo esto, pero de forma mucho más científica y elaborada, lo cuenta el reciente artículo “Implementing clinical guidelines in stroke: A qualitative study of perceived facilitators and barriers” que publica Health Policy. La conclusión lo dice muy clarito y aconseja un cambio basado en elementos de formación, feedback, etc.:
This study highlights health professionals’ perspectives regarding many key concepts which may affect the implementation of stroke care guidelines. The introduction of stroke clinical guidelines at a national level is not sufficient to improve health care quality as they should be incorporated in a quality assurance cycle with education programmes and feedback from surveys of clinical practice.
Un buen ejemplo de postureo: estanterias llenas de guías que pocos han leído o revisado. ¿Conoces otros casos de #postureo en las organizaciones sanitarias?

2 comentarios en “El #postureo de las guías de práctica”

  1. Hola Miguel Ángel
    Buena entrada, inspiradora y que además debe hacernos reflexionar. No cabe duda que las guías deberían ayudarnos a unificar nuestros criterios y actuaciones, para que la eficacia y eficiencia de nuestras actuaciones se reflejen, en base a la mejor evidencia disponible.
    Sin embargo, esto es más fácil en problemas de origen específico, dónde la patología sea conocida, con un diagnóstico claro, con sus gold standard, con sus posibles tratamientos basado en la investigación, el pronóstico, la prevención y los costes. Por ejemplo, es muy fácil hacer guías para fracturas de cadera y sus variantes, infartos, cáncer, etc.
    Pero cuando el problema es de origen inespecífico, el gran problema es que por un lado, al no tener una entidad detectable, sin pruebas diagnósticas, sin fisiopatología conocida, es un caldo de cultivo si no se hace bien, para que la guías no solo ayuden a mejorar el problema, sino incluso a empeorarlo, puesto que en estos casos en vez de animarnos a seguir investigando, puede hacernos que nos acomodemos y realicemos nuestros actos terapéuticos, de forma específica pero dirigida a problemas no específicos, con lo que los costes derivados de nuestras actuaciones y la eficacia son claramente desfavorables, como por ejemplo en el dolor de cabeza o en el dolor lumbar, entre otros. En estos problemas y a pesar de tener guías de práctica clínica, suponen 2 de los 3 problemas que más hacen visitar al médico de cabecera, y que tienen unos costes en las sociedades de todo el mundo, insostenibles, y que a pesar de todos los avances, somos incapaces de cambiar.
    Por eso aunque las guías deben ayudar a ofrecer lo mejor que tenemos, habría que exigir en problemas no específicos, un poquito más que simplemente aplicar lo que las directrices nos marcan.

    Un saludo

    Pepe

  2. Las guías ayudan a estandarizar la toma de decisiones, como bien dices, en problemas especificos, claros y conocidos. De hecho, son una gran herramienta para conocer la evidencia en dichos problemas. Pero la gente muchas veces pasa.

    El buen profesional debería saber cuando seguir la guía y cuando apartarse, pero la comodidad, la tranquilidad de seguir la lex artis (aunque sepamos que no es la mejor opción) y la dificultad de incentivar el pensamiento crítico hacen muy dificil cambiar el comportamiento de profesionales que no hacen lo que dices.

    Gracias por pasarte por aquí 🙂
    Saludos.

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