Tratado de impaciencia



Nos encontramos en el blog de la CMT (Comisión del Mercado de Telecomunicaciones) una curiosa entrada sobre la paciencia del usuario a la hora de subir vídeos a la red. La mayoría (salvo los que usan el móvil) abandonan la subida si esta se retrasa más de 10 segundos. 


Esta gráfica habla por si sola:
Haciendo un paralelismo con el mundo de la historia clínica, ¿cuanto tardamos en reiniciar la aplicación de historia clínica si esta se atasca? ¿Son asumibles los tiempos de espera de más de 10 segundos durante la atención sanitaria? ¿Cuanto se tardaba en la época del papel? La sociedad de la información y la rapidez de las redes nos hace más impacientes si cabe.

De hecho, un reciente estudio sobre las barreras en la puesta en marcha de las aplicaciones de historia clínica electrónica, incluía el “tiempo de introducción de datos” entre las barreras que citaban los usuarios para el uso masivo de este tipo de sistemas. ¿Es la impaciencia un valor a tener en cuenta?

2 comentarios

  1. Impaciencia muy justificada. Cada segundo que se pierde delante de la pantalla es tiempo robado al paciente.

    Por si no fuera suficiente, en muchas ocasiones es difícil ver la utilidad de la entrada de datos, porque en algunos sistemas todavía es más lento y complicado poder acceder a ellos más adelante, con lo que esos datos finalmente solo resultan útiles para la explotación de bases de datos, pero no para el acto clínico.

  2. Si un médico ve realmente un valor añadido, un valor a este esfuerzo, no buscara excusas.

    Mientras no tenga claro las ventajas que obtendrá respecto a los sistemas tradicionales le será difícil adoptarlo.

    En el momento que vea un provecho en este sobre esfuerzo inicial, toda las demás barreras intentara superar.

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